Aprovechando el día de excursión, Leah y la señora Weston lideraron al grupo, la caminata hasta la cabaña resultó algo complicada, como parte de su castigo ambas tuvieron que cargar con su propio equipaje.
En este momento Rosé bien podía estar gozando de la compañía de sus amigas en la orilla del lago, pero solo recordarlo le hace sentir decepción. Sus dos amigas —sobre todo Phoebe—, se han quedado atrás para gozar de las actividades sin reprimenda alguna, mientras que ella debe lidiar con un castigo que está cerca de la cabaña Eagle.
El castigo ha sido severo, uno con el que Ryujin solo debería lidiar, pero la señora Weston no lo ha visto de esa manera al ver a las dos implicadas en la escena del crimen. Por otro lado, piensa que la trampa que ha hecho su ex amiga en el concurso era más injusto y deseaba ver el modo de remediarlo con la otra.
La excursión ha terminado para las demás y la señora Weston junto a Leah descienden el ritmo de sus pasos saludando a las campistas mayores, la mujer sube los escalones hechos con troncos para ir hasta la cabaña que las espera en el fondo del bosque.
Ryujin ha visto tantas películas de terror a escondidas de su padre que ha originado un terrible miedo por los lugares recónditos en medio de la nada, sin testigos o alguna clase de ser vivo.
Ambas la siguen a regañadientes y logran subir con dificultad, las hace pasar sin mencionar ninguna palabra. Es evidente que esta cabaña no ha recibido el mismo cuidado que todas las demás, pero seguro debieron inspeccionarla antes de abrir el campamento. Hay telarañas en una de las ventanas y Rosé se acaricia los brazos, son sus animales menos favoritos.
—Esperamos verlas en la cena.
—¿Caminaremos hasta allá?
—Sí, buena suerte.
Rosé abrió su boca con asombro mientras que Ryujin dejó caer su maleta sobre la cama que estaba cerca de la ventana, donde no tenía ningún rastro de telaraña. Cerró su boca de inmediato ya que no creía que fuera el momento indicado para expresar su inconformidad, era lo justo después de lo que Phoebe le hizo.
Por la noche imaginaron que podían comer con sus amigas, pero no, el castigo incluso implicaba cenar juntas y estando apartadas del resto. Ahora ninguna de las campistas podía pasar por alto o negar el parecido en las dos y eso era incómodo y hasta vergonzoso para Ryujin.
—Que misterioso, son tan idénticas.
Eran la clase de comentarios que escuchaba con más frecuencia ahora que la pasaba en compañía de la otra. Las miraban de un modo distinto, como si fueran alguna clase de raro experimento y eso a veces le quitaba el apetito.
Siempre regresaban en completo silencio, se habían ocupado de acomodar sus cosas en la nueva cabaña el resto de su primer día y Rosé tuvo que limpiar todo rastro de las telarañas que afortunadamente no tenía ninguna araña que pudiera picarle o hacerla temer en el transcurso de la noche.
Ninguna se dirigió la palabra por los siguientes días, generalmente cada una se movía sola en la mañana o en la tarde, pero en la noche sabían que debían ir juntas sosteniendo la linterna. Siempre había alguien que las acompañaba por seguridad y entonces todo volvía a la normalidad.
Cada día fue así hasta que Leah les permitió participar en las actividades como una disculpa por su comportamiento, pero no podían volver todavía a sus respectivas cabañas.
Un día, las actividades fueron canceladas por el pronóstico de lluvia. Rosé no tenía nada más que hacer y decidió tomar una hoja de papel para mandar una carta a su padre, omitiría que estaba castigada, pero suponía que su padre ya lo sabría. Hasta ahora ella no había recibido ninguna contestación por su parte, pero no le preocupaba o le lastimaba.
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TRICKS OF DESTINY ||NAMJIN
FanfictionRyujin y Rosé asisten a un campamento de verano, desconociendo la extraordinaria aventura que les espera. Han creado una rivalidad por su increíble parecido y un castigo por una travesura les obliga a convivir. Al compartir sus historias se dan cuen...