17.- LA VERDAD

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Las gemelas llevaban un largo tiempo sentadas en un sofá de dos lugares sin pronunciar palabra alguna.

Después de haber bajado del elevador junto a su padre, se encontraron a Wesley en el pasillo, quien tenía un semblante muy pálido y preocupado.

Cuando Wesley regresó al cuarto sin encontrar a Rosé en ninguna parte de la habitación, se alarmó por el incidente teniendo que volver a recepción y hablar con seguridad. Su descuido le costaría su empleo y al encontrarse con Jin no supo como comenzar para ofrecerle una disculpa por su irresponsabilidad.

Fue más su sorpresa cuando vio que el diseñador sujetaba a una niña por el hombro y no cualquiera, una muy parecida a Rosé que casi le hace desplomarse en el suelo.

Jin no mencionó palabra cuando cruzó la mirada con su mayordomo, en su lugar les pidió a ambas con un tono monótono que entraran al cuarto y una vez adentro señaló el sofá.

Wesley prefirió volver a la recepción para aclarar la desaparición de la niña antes que llamar, a juzgar por la mirada de Seokjin, las niñas tendrían suficiente con la llamada de atención que les daría.

A su regreso dudó en tocar a la puerta, se mantuvo expectante a cualquier sonido que le diera una señal y al no oír nada cruzó la puerta. Allí vio a las niñas todavía incrédulo. Las gemelas lo miraron de vuelta con una sonrisa forzada.

—¿Dónde está su padre? —murmuró.

No estaba seguro quien le respondería a su pregunta, pero la puerta de la habitación de su jefe se abrió de par en par. Seokjin no se había cambiado y llevaba los ojos cristalinos, seguramente en la privacidad había llorado y una vez relajado abordaría el tema.

La mirada de Park Seokjin lo preocupaba y asustaba, ya que no recordaba verlo así anteriormente, no era como cuando las cosas no salían como quería o algo en sus diseños se retrasaban. ¿Debería seguir angustiado por su puesto de trabajo?

Jin caminó en dirección a la pequeña salita obteniendo la atención de las niñas que seguían sus pasos muy atentas.

—¿Quiere alguna de las dos comenzar a explicarse o yo mismo tengo que tratar de adivinar lo que ha pasado allá afuera?

Las miró fijamente, pero ninguna contestó de inmediato. Su silencio lo hizo fruncir el entrecejo, se masajeó el cuello que por la tensión ya comenzaba a darle molestia.

—Entonces empezaré yo. Recibí una agradable invitación a este hotel para ver la nueva colección de mi diseñador favorito Alphonse Vasseur. Creí haber conseguido ese mérito gracias a mi arduo desempeño y que, por consiguiente, podría darme un impulso en mi carrera —continuó de manera seria—. ¿Cuál ha sido mi sorpresa al llegar aquí? Que no ha sido ninguna muestra de su colección, sino que me he encontrado con la persona que menos esperaba ver.

—Mi padre —murmuró Ryujin apenada.

—Sí, su padre. ¿Es eso una coincidencia?

El matiz que el diseñador empleaba no estaba siendo firme, mucho menos fuerte en la reprensión. Si estaba molesto parecía poder controlarse y moderar su tono sin que sonara arrebatado, aun así, las gemelas miraban directo al suelo completamente avergonzadas, no sabían que decir para explicar a su padre el motivo porque el que habían armado todo este plan tan desesperado.

—¿Quieren escuchar más? De acuerdo, continuo. Desde la llegada del campamento creí tener a Rosé conmigo, mi pasmo fue enterarme que no ha sido de esa manera. ¿California es agradable? —ahora miró severamente a la mencionada—. Ambas ignoraban las consecuencias de sus acciones ¿saben lo grave que pudo ser eso ante una emergencia?

TRICKS OF DESTINY ||NAMJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora