15. EL HAMSTER Y UN CONEJO

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Maratón 3/3

Al llegar, Ryujin fue la primera en entrar a la habitación asignada. Entre abrió su boca con asombro al ver lo grande que era, así mismo estaba su padre que desde el crucero no recordaba estar en una habitación tan linda.

Días atrás, Jin había intentado reservar una habitación para Wesley, pero aparentemente habían sido tomadas. En recepción volvió a intentar con una más cercana, aunque fuera un piso anterior, pero allí le explicaron que el cuarto tenía dos habitaciones.

Ahora Ryujin comprendía porque Bogum se había quejado tanto y no sabría como pagárselo en el futuro, algo tenía que ocurrírsele muy pronto para devolverle el favor.

—Seguro debe de existir un error —oyó decir a Jin a Wesley—. ¿Enserio no se equivocaron?

—Señor, estoy seguro de que no. Esta es nuestra habitación.

Ryujin echó un vistazo a Jin, que veía todo con detenimiento sin tocar nada, esperando que le dijeran que solo era una broma desde que le llamaron de las oficinas del señor Vasseur. El joven que ayudaba con las maletas estaba entrando para dejarlas, Wesley se apartó para ayudarle y la niña se acercó a su escéptico padre.

—Debe ser un error, estoy seguro —insistió.

—Papá, si se trata de un error estoy segura que alguien vendrá a avisarnos. Mientras tanto podemos gozarla un rato.

Jin sonrió a medias por las palabras de su hija.

—Bueno, tienes razón. El cuarto es lo de menos mientras vacacionemos juntos —vio su reloj—. Tenemos tiempo para dar un paseo. ¿Te gustaría?

—Sí, por supuesto.

—Wesley ¿nos acompañas?

—Señor, yo encantado —respondió con entusiasmo.

Enseguida que pudieron acomodar algunas cosas, se pusieron en marcha para salir del hotel y visitar los alrededores. Afortunadamente, Jin había elegido algo fresco y unas gafas discretas que apenas llamarían la atención. Rosé le advirtió que por ahora estaban preparándose, por lo que no tenía que angustiarse si ambos se encontraban antes.

Afuera, la hija del diseñador estaba entusiasmada por el paseo, mientras eran seguidos por Wesley que compró un helado.

Su mayordomo lucio como todo un turista al vestir esa camisa muy al estilo Hawái. En el vuelo el hombre confesó ser esta su segunda vez viajando fuera de su país, por lo que Seokjin le dio entera libertad de indagar por allí si él lo quería. Tomaron algo juntos y estar al lado de su hija le dio a Jin la sensación de olvidarse por un momento de lo que aguardaba más tarde para él.

Ver el reloj ya no le parecía que el tiempo fuera lento, sino que parecía ir más rápido haciendo que el día se acabara dentro de poco.

Más tarde tuvieron que volver al hotel, Ryujin aprovechó que estaba sola en la habitación luego de darse un baño para responder todos esos mensajes que su hermana le hizo llegar. Debido a que su padre estaba cerca, no podía responderle y la espera solo la hizo ponerse más nerviosa.

Ryujin prometió que se le uniría a la travesía en cuanto convenciera a Wesley de salir, eso le brindó alivió a Rosé calmando su agitado corazón. Una vez que Jin salió del baño, le dio privacidad, ya que deseaba sorprenderse con la elección de su vestuario.

Se unió a Wesley que estaba viendo una película y que al igual que la niña, esperaba sorprenderse con la prenda de Seokjin.

Luego de un momento, Jin se dio los últimos toques en el cabello. Pensaba si llevar sus gafas iba a ser lo ideal o no, pero parecía darle mucha más presencia por lo que optó por llevarlas en vez de usar sus lentes de contacto. Dándose una última ojeada, abrió la puerta de su cuarto para salir a lo que era su recibidor.

TRICKS OF DESTINY ||NAMJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora