12. ROSAS

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—Aquí está muy bien.

Bogum guió al hombre del taxi que se había ofrecido a ayudarlo para bajar las rosas nuevas que consiguieron para plantar en el jardín delantero.

Ryujin se adelantó al interior de la casa para deshacerse del abrigo que solo la hacía sentir pesada y acalorada. El clima durante la mañana fue fresco, lo suficiente para que le calara hasta los huesos. Pasado el mediodía se tornó húmedo, como si la ropa se le adhiriera a la piel lo que fue muy molesto mientras recorrían el centro en busca de las rosas.

No había ruido en el interior de la residencia, lo que le pareció un poco extraño. Sabía que Jin no estaba en casa debido que tenía que ocuparse de una reunión y preparar un diseño que enviaría a alguna parte, pero ¿Wesley?

Usualmente el servicial mayordomo siempre aparecía en cuanto escuchaba la puerta. Asomó su cabeza no encontrando nada y antes de seguir indagando por la estancia, escuchó que la puerta era cerrada por su tío.

—El clima no está siendo muy agradable hoy ¿verdad?

—Para nada, espero que podamos plantar esas flores hoy.

Bogum que se había quitado el abrigo, volvió a abrir la puerta para dar un vistazo al cielo que estaba plagado de nubes grises, estas no se miraban tan esponjosas ni oscuras, lo que sí indicaría una pronta llovizna.

—Amenaza con llover, no es algo de lo que debamos preocuparnos.

Comentó con una sonrisa, que dejaba ver los hoyuelos que se le formaban y colgó su abrigo para empezar a ponerse cómodo. Extendió su brazo para tomar el de su sobrina y hacer lo mismo.

—¿Tienes hambre, florecita? —preguntó luego de colgar la prenda en el perchero—. Veré que es lo que Wesley puede ofrecernos.

—Parece que Wesley no se encuentra.

Bogum hizo un sonido gutural y llevó su mano al mentón tomando una postura pensante. —En ese caso daré un vistazo por si dejó algo para nosotros, sino deberás soportar mi malísima sazón. Tu padre me matará si se entera que no te he alimentado bien durante el día.

Ryujin apenas se rio al verlo partir a la cocina. Suspiró con pereza y se dejó caer sobre el sofá. Sin duda, había sido un día muy largo, como su padre estaría muy ocupado, Bogum se ofreció a cuidar de la niña invitándola a ir al teatro.

Ella jamás había asistido a uno y por primera vez vería lo que había en el interior. Su primera impresión fue admirable y Bogum sonrió enternecido. Para Ryujin el recinto era enorme, con montones de asientos arriba y abajo donde las personas admirarían el trabajo de las personas encima del escenario.

Este último, podía verse pequeño, insignificante desde la distancia, pero estar encima la hizo sentir intimidada aun con los asientos vacíos.

Para Ryujin fue sencillo relacionarse con los compañeros de teatro de su tío, que no paraban de halagarla. Conectó estupendamente con Vasil, un extravagante y animoso chico que tenía el papel más cómico de la obra, aunque fuera muy secundario se volvía entrañable, dando un ambiente más alegre entre el drama.

La niña pensaba que su tío era fantástico y al verlo adentrándose en su papel se conmovió, no pudo ocultar sus lágrimas cuando lo vio llorar en una de sus escenas. Cuando terminó su línea, hubo un silencio que le aterró. Las luces se habían encendido otra vez y sus propios compañeros estaban fascinados, compadeciendo el dolor del hombre a quien interpretaba y había perdido a su hija.

En ese momento Ryujin pudo sentir mucho orgullo por su tío. Lo ovacionaron y antes ya le parecía que era muy apreciado no solo por su don, todos presumían lo afable que era. De hecho, gracias a su tío Ryujin estaba despertando un interés por la actuación, de volver a casa considerará participar en una de las obras escolares.

TRICKS OF DESTINY ||NAMJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora