04. Por tu felicidad a costa de la mía

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Catherine

2008

Ya todos aseguraban nuestro boda y yo aún no tomaba una decisión con respecto a mi corazón, o quizás ya la tenía, solo no quería volver a salir lastimada por él.

Me terminé de arreglar para la cena que tendríamos hoy en casa de mis padres, ellos habían reaccionado de buena manera cuando supieron que habíamos vuelto a ponernos en contacto.

—Voy —dije cuando el timbre de mi departamento se escuchó, sabía que era Will. Tomé mi bolso, me miré por última vez en el espejo que tenías detrás de la puerta y la abrí. 

—¡Wow! —me miró de arriba abajo—. Eres la mujer más hermosa que hayan visto mis ojos.

Me reí ante su comentario y solo lo tomé de la mano para ir rumbo a donde mis papás. De camino venía hablando sobre la posibilidad de realizar un viaje pronto con algunos amigos, solo me estaba comentando los detalles pero aún no era nada confirmado... o al menos no de mi parte.

—También te ves muy guapo hoy —le puse mi mano en su nuca para darle pequeñas caricias, giró por un momento a verme y sonrió, no sé a quién quería engañar, él era el amor de mi vida y nada podría cambiar eso.

—Es que tengo que impresionar a los papás de mi futura esposa —carraspeé un poco incomoda pero lo dejé pasar cuando agregó—, además no solo el sentido del humor es mi arma, si no también mi belleza —mi carcajada salió.

—Y también el ego que tienes, cariño —me acerqué y dejé un beso en su mejilla. William se estacionó fuera de la casa de mis padres para mirarme, estaba sorprendido por algo—. ¿Ocurre algo?

—Me dijiste cariño, hace mucho que no lo hacías... gracias —pasó sus brazos por mi cintura y me abrazó a su cuerpo.

—Oh, Will —dije en un susurro casi ahogado; sí que lo estaba castigando. Lo abracé más a mi cuerpo, no era el momento aún. Se soltó de mi cuerpo para darme una pequeña sonrisa, ambos bajamos del auto y tomó mi mano para ir juntos hasta la puerta. 

Al abrir, mi mamá lo recibió con un abrazo y lo dejó entrar; mi padre por su parte solo le dio la mano. Mis hermanos quienes ya se encontraban allí le hicieron un par de bromas, ellos sin duda eran los más relajados porque sabían que no importa lo que pasara, William siempre iba a ser mi amor por siempre.

—Es un gusto verte aquí de nuevo, William —dijo mi madre invitándolo a sentarse en la sala mientras la cena terminaba de estar lista.

—Y para mí es un placer poder volver a estar aquí —mi padre giró los ojos y sabía que era él menos de acuerdo en que yo continuara mi relación con William pero sabía que era mi decisión al final del día.

Mis hermanos comenzaron a platicar y nosotros nos integramos a esa conversación, mis padres solo nos miraban atentos y tenía la sospecha de que querían hablar con Will y decirle sus cosas como yo lo hice en su momento; le apreté la mano que él tenía descansando sobre mi pierna y giró a verme.

—Mis padres quieren hablar contigo y creo que lo ideal sería que tú fueras el primero en acercarte para dejarles las cosas claras y si, sé que ya no somos ningunos niños pero las cosas contigo nunca se saben y de alguna manera también los perjudicaste a ellos por lastimarme a mí —él asintió y besó mi mano para volver a dejarla en el mismo lugar.

—Después de la cena buscaré el momento correcto, ¿Vale? —yo asentí con una media sonrisa—. Eres preciosa.

Reí por lo bajo y le apreté la mano para que dejara de hacerme sonrojar. La cena estuvo lista así que todos pasamos al comedor, pensé que el ambiente sería tenso pero William siempre supo cómo ganarse a mis padres así que entre los tres guiaron los chistes y anécdotas.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora