"Sangría Wine"

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Catherine 2022

― ¿Crees que puedas con la abstinencia?― soltó de repente William, mientras nos arreglábamos para llevar a los niños a su caminata de las mañanas.

―Aquí el que suele convertirse en bestia después de las 12 eres tú, cariño... ¿Por qué crees que no podría soportarlo?― él se echó a reír, no comprendía de que chiste me estaba perdiendo.

―Kate, tú período acaba de terminarse...―me miró como si fuera algo obvio, mi mente comenzó a pensar en todas las posibles opciones― Estarás ovulando para semana santa.

Lo mire con los ojos abiertos porque tenía razón, aunque en tiempos anteriores cuando eramos más jóvenes, siempre solíamos romper esa abstinencia por estar de calenturientos, tenemos que saber que ya no somos de la misma edad que antes y en los últimos años no es como que nos prohibíamos tener relaciones esta semana, simplemente con los niños y tantas cosas alrededor, solo lo dejábamos pasar.

―Cariño, sé fielmente que no seré quien rompa nuestra abstinencia en esta semana, ¿Por que mejor no te realizas esa pregunta a ti mismo?― me termine de colocar mis pendientes y lo abrace quedando nuestras caras muy juntas, ya que, me levante de puntitas para besarle.

―Porque pienso exactamente lo mismo de mí, creo que años anteriores lo hemos llevado de maravilla, pero tengo que admitir que ambos, estamos atravesando por un temporada de aventuras y juegos de seducción que me hacen perder la cabeza, por eso quería aclarar que debemos respetar esta semana― sus manos tomaron mis mejillas mientras me hacía caricias en la cara, cuando se acercó para darme un beso sonreí y me aleje un poco.

―Ahí lo tienes, eres tú quien no puede vivir sin mi contante contacto físico, yo solo quería verte mejor de cerca― él resoplo y me tomo de la nuca con su mano izquierda para unir nuestros labios, me reí en medio del beso por lo tonto que podía llegar a ser.

―Para mí nunca es lo suficientemente cerca cuando se trata de ti― ahora era yo la que volvía a besarle, mis manos tomaron vida propia hacía sus mejillas.

―Lo sé, por eso te digo que no seré yo quien rompa la semana sagrada― nos soltamos y por la cara que medio, sabía que era una clara invitación para jugar esta semana santa y llevarnos al limite.

―Ya lo veremos― me susurró.

Mi mano y la suya iban entrelazadas, los niños junto a Orla y María estaban más que listo para comenzar el día, como siempre Charlotte y Louis iban corriendo junto a nuestra perrita, mientras que George venía respirando el aire fresco, a mi pequeño le solía mirar el paisaje y luego en su clase de pintura ilustrarlo tal y como sus recuerdos se lo enseñan. Se quedo atrás de nosotros junto a María mirando un árbol con raíces preciosas.

―¿En que momento ese pequeño creció tanto?― pregunté con algo de nostalgia al recordar como ayer estaba dandole por primera vez pecho.

―En el momento que tú y yo ya estamos por cumplir doce años de casados― lo mire, William era a veces olvidadizo con las fechas importantes, pero cuando se trata de nuestro aniversario, siempre es el primero en querer hacer algo.

―Lo sé, pero quiero que sepas que lo mejor de todo esto, es que puedo decir que mi vida esta transcurriendo junto a mi amor por siempre, me siento plena con eso― me rodeó con su brazo por mi hombro mientras me sonreía.

―Me pasa lo mismo.

Dimos por terminada esa conversación cuando George comenzó a correr hacía sus hermanos, habían escalado un árbol y no sé quiso quedar detrás. Mañana sería el primer día de semana santa y aun no teníamos nada planificado para esas mini vacaciones. Pensé en algo y solo se me ocurrió invitar a algunos de mis más queridos familiares a pasar la tarde, ya luego me iría organizando al pasar la semana.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora