12. Prometió cuidarla siempre

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William

2014

El día transcurrió normal, todos salimos a recorrer un poco el lugar, Kate le compraba a nuestro hijo sombreros de playa, lentes, juguetes para que pueda estar en la arena y de repente fue cuando lo vió.

—¡Tenemos que comprar esto! —me tomó con la mano libre que tenía ya que con la otra llevaba la manita de George; escuché a todos los demás reír y solo me gire diciendo "Ayuda" y eso los hizo reír aún más.

—Ni loco voy a ponerme esa tontería —nos detuvimos frente a una tienda que tenía trajes de baños iguales; ella solo me miró mal y entró de todas formas, la seguí y pude notar que la atendieron en seguida.

—Iré por los trajes de baño y también por unos lentes de sol, ¿quieres ir con papi, cariño? —dijo mirándome con sus ojos verdes que me hacían ceder a cualquier cosa y luego le habló a nuestro hijo, quien enseguida extendió su brazos a mí.

—No compres nada vergonzoso —Kate solo entrecerró los ojos y luego se puso de puntitas para dejar un beso en mis labios.

Me senté con George en las sillas que estaban fuera de los probadores y solo comencé a hacerlo reír, alrededor de 15 minutos mi esposa venía muy sonriente y eso solo me dejaba claro que había comprado algo vergonzoso.

Salimos de allí y nos reunimos con todos para comer algo, Kate tenía antojo de comer mango con chocolate así que me levanté junto a Matthews para buscarle lo que quería, no tardamos mucho ya que a pocos metros había un señor que vendía fruta.

—En serio que estás enamorado de ella, eso de salir a buscarle todo lo que te pida —lo miré con los ojos entrecerrados no sabía a que venía su comentario.

—Catherine es mi vida entera, claro que voy a buscarle todo lo que me pida, créeme que este tipo de atenciones valen muchísimo más que una joya vacía —lo último lo dije con referencia al collar de oro que le había regalo a Pippa.

—Si claro... ¿Dónde consiguieras el chocolate? —le pagamos al señor y volvimos al restaurante, me encogí de hombros ante su pregunta así que solo al llegar me dirigí a la barra y le pregunté amablemente a la chica si me podía hacer un favor.

—¡Oh por Dios! ¡Eres...! —yo le hice una señal para que guardara silencio, ella solo se tapó la boca tratando de gritar.

—¿Me harías un pequeño favor? —ella asintió y sinceramente se veía como que no creía quien era—. Necesito cortar esto en trozos pequeños y agregarle chocolate, ¿Crees que puedan hacer aquí?

—Si claro —ella me extendió sus manos y yo le entregué la fruta.

—Estoy en aquella mesa de allá, mientras antes este listo, muchísimo mejor y si quieren le ponen de extra en la factura, por favor —ella me dio una sonrisa y yo me retiré. Cuando llegué a nuestra mesa, Catherine le daba de comer a George.

—Dentro de unos minutos traerán tu mango, querida —ella me sonrió y dejó un beso en mi mejilla, me integré en la conversación con los demás y noté que Kate había pedido mi comida favorita con el vino que siempre me gusta para acompañar. La miré por unos segundo y estaba haciendo reír a nuestro hijo, era afortunado.

Hablamos de que mañana iríamos a la playa y luego por la noche cenaríamos en un muelle cerca de aquí para apreciar la vista. Noté que la chica se acercaba con el plato de Kate, así que limpié mis labios para poder recibirlo.

—Aquí tienes, guapo —pude sentir la mirada de Kate en mi nuca de manera punzante.

—Muchas gracias de verdad —tomé el plato con el mango y chocolate para dejárselo a Kate aun lado de su comida, le di una pequeña mirada y ella tenía un ceja alzada.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora