Una última vez

"El inicio de toda una historia"

William 2023

Mi esposa estaba terminando de alistarse para salir al compromiso de hoy, iríamos a Birmingham para ver la diversidad cultural y como está en constante cambio a medida que avanzamos en el tiempo, mi mente comenzó a divagar cuando miré a mi esposa. 

― Esos aretes te quedan muy lindos― le dije mientras metía mis manos en los bolsillos, aquel vestido color vino hacía que sus caderas resaltaran. 

―Gracias, cariño― me dio una rápida mirada antes de agacharse un poco para colocarse sus tacones dejándome una vista de su trasero. 

―Esto también esta muy lindo― me pegue a su cuerpo haciendo que mi miembro chocará con su trasero un par de veces, la vi rodar los ojos haciéndome reír. 

―Oh, vamos, madura― me empujo así atrás con el mismo y la mire divertido haciendo que sonriera― Eres un tonto― me encogí de hombros y solo me senté para esperar a que terminará de estar lista. 

―Tú tonto, querrás decir... oye, ese vestido se quita muy fácil, ¿No lo crees?― ella camino hasta a mí dejando sus manos en mis hombros y arrugando la nariz. 

― ¿A que te refieres? ¿No hemos salido y ya estás pensando en como quitarlo?― me encogí de hombros y le mostré a lo que me refería. ― ¡William!― se quejo cuando hale una de las tiras para dejar que su vestido se abriera de par en par, cargaba una lencería preciosa. 

―A eso me refiero, deberías de usarlo para aquellos días en los que solemos estar apurados― ella rodó sus ojos y volvió a ajustarlo a su cuerpo. 

―Ya veremos, es hora de salir― asentí y tome su mano para irnos escaleras abajo, los niños habían salido desde antes con María a sus clases particulares. 

Nos despedimos solo de Orla y subimos a la camioneta para que todos los de seguridad nos siguieran, ambos nos sumergimos en nuestros teléfonos sin dejar al otro por fuera, ella me mostraba cosas y yo le enseñaba las mías, agendando y organizando cosas para el cumpleaños de Louis y Charlotte. 

Llegamos aun restaurante de comida Hindú donde nos encargamos de cocinar y dejarnos llevar por todo lo que ahí se hacía, mi esposa se desenvolvía de maravilla en la cocina, yo solo hacía me mejor intento, todos bromearon conmigo al respecto. 

―Si, soy un desastre, pero mi esposa es muy buena. Soy muy afortunado.― admití cuando comencé a preguntar sobre como el arroz le quedaba tan suelto y suave, mire a Kate por unos segundos y mi corazón sintió una frescura al ver la sonrisa que ese comentario saco. 

Al salir de allí una ola de gente esperaba por nosotros, intentamos saludar a todo aquel que pudimos, esto sin duda me dejaba claro que estábamos haciendo bien nuestro trabajo, el cariño que la gente llegaba a demostrar es maravilloso, lo que me seguía sorprendiendo es la naturalidad con la que Kate cautivaba a todo ser viviente a su paso. 

―¡Kate se ve perfecta! ¡hermosa!― me dijo una señora en medio del público y no podía estar más de acuerdo con ella. 

―Ella siempre se ve impresionante― me atreví a responder mientras la miraba saludar a todas las personas a su paso, una gran sonrisa apareció en mi rostro. 

Sin querer me tome más tiempo del que Kate suele tomarse saludando a todos, cosa que me sorprendió por la manera en la que al girarme, ella ya estaba sentada con una sonrisa en el auto, ¿Como podía llegar a ser tan hermosa? Me subí en el auto y deje que arrancará para poder hacer lo que quería desde que me dio aquella sonrisa en el restaurante. 

―Chicos, ni por error bajen las ventanillas, ni mucho menos la pequeña cortina que nos divide― les informe para subir todo aquello que nos conectaba con los dos de seguridad.