Una última vez

"A veces es lindo recordar viejos tiempos"

Catherine 2022

Se suponía que William debía llegar a casa hace 20 minutos, ya que teníamos pautado una cita para relajarnos y simplemente ser felices por unos instantes pero no llegaba, ambos habíamos salido por la mañana para dejar a los niños con mi madre y luego cada uno se fue a sus respectivas oficinas para coordinar las fundaciones y las cosas pendientes.

― ¿Nat?― dije a penas me atendió mi asistente ella, solo respondió un simple "¿Sí?"― Me puedes por favor corroborar a qué hora terminaba la reunión de William.

―Pues aquí dice que terminaba a las 7:30― solté un suspiro y sabía que Natalie había notado mi mal humor― ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?

―No, Nat... nada de qué preocuparse, solo que llegue a la casa y llevo más de 20 minutos esperándolo porque se suponía teníamos una cita... y...― me gire al escuchar el motor de su camioneta, bajo el vidrio― Ahí llego... ahí llego el desconsiderado, bonitas horas de llegar...― le dije mientras lo miraba mal y seguía hablando con Natalie por el teléfono. 

― ¿Podrías mover la camioneta, amor?― la había estacionado mal apropósito porque me enoje que él no haya llegado a tiempo como habíamos acordado.

―No, no la voy a quitar. Yo me estaciono como yo quiera y no me voy a quitar― seguía con el teléfono en la oreja y sabía que Natalie estaba riendo a morir.

―Al menos dame las llaves para yo moverla― le lance las llaves y entre enojada a casa, diciendo de todo por el teléfono a Nat.

―A penas llego el muy desconsiderado y yo tengo 20 minutos afuera esperándolo, además tienes las agallas de decirme que si me puedo quitar.

Tire el bolso y todo lo que traía en mis manos en la mesa de la cocina y comencé a arreglarlas en donde iban mientras me quejaba con Nat que lo único que hacía la pobre era reírse e intentar que lo comprendiera.

―Venga, que ese seguro ha de entrar y ya estará totalmente disculpado con verle el rostro.

― ¿Estás diciendo que no tengo aguante?

―Estoy diciendo que cuando se trata de William pues no tiene mucho que digamos.

Suspire porque tenía razón, cuando se trataba de William no tenía nada de aguante, aunque al mismo tiempo no me culpo, solo hay que mirarlo para quedar estúpidamente enamorada de él, Nat seguía hablando cuando lo vi entrar con mis flores favoritas, haciendo que mi estómago comenzara a sentir esos nervios de toda la vida.

―Hola preciosa, lamento llegar algo tarde para nuestra cita, prometo recompensarlo― me entrego las flores las cuales olí y luego deje sobre la encimera.

―Nat, te tengo que dejar― no deje que respondiera, solo deje el teléfono sobre el mesón junto a las flores.― ¿Media hora tarde?

―Lo sé, pero al menos ya no tengo pendientes para mañana y podré ser todo tuyo, venga vamos a vestirnos para salir― me tomo de la mano para jalarme pero no me moví, seguía enojada.

―Ya es tarde, William, habíamos planeado esto desde hace semanas y me había comprado algo lindo para usarlo para ti y...― mi esposo al ser más alto que yo, se agacho un poco quedando a mi altura, dejo un pequeño beso en mis labios.

―Ay amor, lo siento― beso mis labios otra vez de una forma tan suave―Lo siento... lo siento... lo siento― en cada pausa dejaba un beso desarmándome por completo, subí mis manos hasta su cuello y cuando volvió a besarme profundice el beso.

Sus manos rodearon mis caderas pegándome a su cuerpo en cuestión de segundos, solté un pequeño gemido en sus labios, se separó para mirarme a los ojos y fue todo lo que necesito para saber qué era lo que quería. Me cargo como si no pesara en lo absoluto y nos llevó a nuestra habitación.