Segunda parte (Final Sasusaku)
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Los días parecían haberse vuelto tan cortos desde que mi hermano advirtió que no le quedaba mucho tiempo de vida.
Era irónico ¿no? perdí gran parte de mi vida para obtener venganza por mi clan, y siempre creí que el día que el muriera podría librarme de todas estas cadenas, podría sentirme libre y volver a empezar.
No obstante, en las primeras semanas sentí que el vacío aumentaría, cada momento que estaba con el no podía disfrutrarlo solo pensando en el después, pensando en que ya no lo vería, no iba a ser capaz de insultarlo nunca mas, de retarlo por no hacer caso a los tratamientos de Tsunade, o quejarme de Naruto con el, o de tantas cosas que ahora no vienen a mi mente.
El ultimo día que lo vi de pie, parecía que todo había vuelto a la normalidad, sentí una pizca de esperanza por un momento, no obstante, todo se derrumbo el día que Sakura me aviso que Itachi había tenido una recaída.
Todos los días después de eso fueron un infierno, mi hermano ya no se podía considerar una persona, estaba tan debilitado, que solo podía mantenerse despierto unas horas al día, ya sabíamos que estaba cerca del final de su viaje, tan largo y agotador, supongo que mas para el que para nosotros.
Luchando continuamente por permanecer con sus ojos abiertos para poder ver el rostro de Sakura un poco mas, sentí mi pecho estrujarse cada vez que veía la forma en que la miraba, no entendía porque la vida había sido tan difícil para mi hermano.
El día que él no abrió mas sus ojos pareció eterno, el se había ido con una sonrisa en su cara, y por fin podíamos dejar de contener la respiración, y resignarnos a la realidad que quedaba.
Las horas del día pasaban tan lento que era desgarrador, tener que fingir una sonrisa delante de Shiki, contarle que su padre tuvo que irse a una misión muy importante me parecía algo estúpido, pero respetaba las decisiones de Sakura, mi sobrino lo entendería algún día.
Sakura actuaba tan normal que parecía no tener alma, luego de la muerte de Itachi, estuvo un día encerrada en casa, y luego comenzó a trabajar hasta el cansancio, era difícil verla, y todo estaban preocupados, ya que estaba en su 7mo mes de embarazo y no estaba descansando como debería.
Shiki se mantenía de la guardería a la casa de sus abuelos y otros días conmigo. Por las noches dormía en su casa pero luego volvía a estar todos los días a cuidado de alguien mas.
Una mañana recibí un llamado de Kakashi para que vaya a su oficina.
Resignado entre a la torre del Hokage pensando que me darían alguna misión, y lo que menos quería era estar lejos de Shiki y Sakura.
-Sasuke, llegaste.- Me saludo Kakashi, todas las personas en la sala me quedaron mirando, eran rostros conocidos, Naruto y Tsunade.
-¡Por fin puedo ver tu rostro!- grito Naruto.
-¿Que ocurre?- Pregunte receloso, no quería perder el tiempo que tenía para ir a ver a Shiki.
-Tenemos un favor que pedirte Sasuke.- Anunció Tsunade.
-Sabemos que tu mejor que nadie conoces la situación de Sakura, nos preocupa su exceso de trabajo pero ella esta negada a escuchar a cualquiera de nosotros, la ultima opción que nos queda eres tu.- Kakashi parecía cansado al decir esto.
-Que chistosos, Sakura ni siquiera me deja entrar a su oficina, y cuando quiero decirle algo se excusa con que esta cansada y se va.- Me frustraba el simple hecho de saber que yo no era alguien en quien ella pudiera confiar.