-Sasori, por favor, no me hagas esto...- sollozó Sakura, pero ya era muy tarde, no encontraba por ningún lado el núcleo donde se encontraba el corazón de su compañero.
De la persona que ella se había enamorado.
De la persona que ella quería a su lado a pesar de todo.
"Lo único malo de las marionetas es que en algún momento se rompen, y por muchas veces que las arregles no quedan igual..." Kanguro le había dicho eso una vez cuando ella aun era de la aldea de la hoja, y no una asesina renegada buscada por todas las naciones.
-Sakura, debemos irnos.- Le anunció débilmente Deidara, había perdido mucha sangre a causa de la pelea.
Miro aturdida por donde se acababa de ir Sasuke, juró que se vengaría, que ya no le importaba haber sido compañera de equipo de el, o de que sea el hermano de su amigo.
Sakura ayudo a Deidara a subirse al gran ave blanca mientras le daba primeros auxilios y se fue de allí, con su corazón tan comprimido que apenas y podía respirar bien.
"Sasori.. ¿No dijiste que siempre estarías conmigo?"
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Sakura se encontraba sentada bajo un árbol, mirando un arroyo que cruzaba. Habían pasado 4 años desde que su amor había muerto, y 4 años desde que había dejado de encontrarle un sentido a la vida.
Akatsuki se había disuelto, una guerra ninja desatado, pero ella no formo parte de nada eso.
Se dedico a vivir oculta, todavía seguía siendo una criminal buscada.
Había encontrado su paz en una pequeña aldea alejada, vivía los días de forma monótona, solo esperaba a que algún día el dolor que había sentido hace 4 años se vaya, pero eso nunca ocurría, siempre estaba presente el recuerdo de Sasori en su mente.
Aunque ya comenzaba a olvidarse del tono de su voz y eso la aterraba, pero recordaba muy bien la forma en que el se enojaba con ella cuando no acataba sus ordenes.
Recordaba la forma que el sonreía levemente a causa de ella, recordaba como latía su corazón cuando estaban cerca.
Recordaba como se preocupaba por ella y sobre exageraba absolutamente todo. Las peleas continuas que tenía con Deidara, como se irritaba por lo infantil de Tobi, cuando gruñía por las ordenes del líder.
Miro el cielo, le gustaría volver el tiempo atrás, o mejor aun, le hubiera gustado conocerlo en otras circunstancias, tal vez podrían haber sido felices de esa forma.
Escucho chapoteos desesperados, la corriente del arroyo era fuerte, pudo ver una persona luchando por aferrarse a la orilla.
Sakura no lo pensó y corrió a socorrer a esa persona.
Cuando logró sacarlo sano y salvó se tomo un tiempo para recobrar el aire, estaba con su cabeza gacha.
-Muchas gracias, salvaste mi vida.- un escalofrió recorrió la espalda de la pelirosa cuando escucho la voz, ¿la vida le estaba jugando un broma?
-No es nada... ¿Estas bien?- dijo y cuando levanto la vista para verlo, sintió su corazón explotar, estaba aturdida, miraba a la persona que estaba sentada enfrente de ella.
La persona también quedo sorprendido al verla, ambos estaban estáticos mirándose.
Ella levanto su mano y al sentir la calidez de la mejilla de la otra persona se horrorizo, pensó que todo era producto de su imaginación y que de seguro se estaba volviendo loca.
-¿Sakura? - Ahora ella dio un grito de sorpresa.
-No puede ser, tu no eres el...- murmuro ella observando cada parte del cuerpo de esa persona, vio una herida en su brazo y como esta tenía un poco de sangre.
-Vaya... Había desistido a la idea de seguir buscándote después de cuatro años..- murmuro el.
-Sasori... ¿realmente eres tu?- y en el momento que ella dijo eso, el tomo su mano y la coloco sobre su pecho y en ese momento sintió el corazón de el palpitar, de la misma forma que lo hacía cuando estaba nervioso.
Lo volvió a mirar, y sin darse cuenta, después de largos cuatro años estaba llorando de nuevo, lo abrazó sin dudarlo, porque a pesar de que no era la marioneta de siempre, fría y dura, sabía que esa persona era de quien ella se había enamorado.
Sasori la apretó en el abrazo, había pasado todo ese tiempo buscandola, ya comenzaba a rendirse y sin menos pensarlo, la tenía frente a el, como había soñado tantas veces.
Ella volvió su vista a el, a su rostro, su cabello rojo era el mismo, pero sus ojos, a diferencia de antes, ahora tenían ese brillo que la hacía saber que el ahora estaba mas vivo que nunca, que no solo era un corazón dentro de un cuerpo de madera.
-¿Que te ocurrió?- pregunto ella ahora después de procesar todo.
-Cuando termino la pelea, y perdí mi cuerpo físico, estuve inconsciente por mucho tiempo, nose cuanto. Luego desperté en este cuerpo, las personas a mi alrededor eran todos médicos renegados, finalmente, tuve que adaptarme a este cuerpo débil y con poco chakra, es irónico no? Ahora soy un inútil, ni siquiera puedo usar los hilos de chakra.- Sakura noto la frustración en los ojos de el, le acarició la mejilla, la cual ahora sentía irreal, porque su deseo de que sasori fuera humano se había cumplido, a pesar de que no sentía ese fuerte chakra que emanaba de el hacía unos años.
-Pero ya no tienes que pelear...- le susurro ella, finalmente, algo que había esperado tanto tiempo, algo que creyó que nunca sería posible, lo hizo, lo beso, sus suaves labios, la sensación de adrenalina, emoción, la hacían saber que eso era real, que no era un sueño y que Sasori, su gran amor estaba mas vivo que nunca.
-Te he extrañado tanto...
-Y yo a ti Sakura.- le susurro antes de volver a besarla.
