Idiota/GiyuuShino

2. Nuevo encuentro

.°.°.°.°.°. NUEVO ENCUENTRO .°.°.°.°.°.

— ¿Puedes quitar esa cara? parece que pisaste caca — Comentó kanao viendo a Shinobu con cara de limón agrio.

— Hubiera preferido pisar caca.. ¡ahora tendré que ir a esa junta! — Exclamó frustrada.

— No le veo nada de malo.

— Claro que no hay nada de malo en eso, la cosa es que ese idiota es amigo del amigo de Rengoku — Elevó la voz con ironía en el hablar.

— ¿Aún le tienes resentimiento por lo de esa vez? Ya superalo te estás comportando como una niña — Indicó la menor.

— Se supone que eres mi hermana ¿de qué lado estás? — Gruñó.

— Obviamente que del mío, porque del tuyo no — Rió ante su comentario.

Shinobu la vio con mala cara así que se resignó.

— Está bien, del tuyo obviamente... que delicada — Lo último lo dijo en tono bajo y suspiró.

— ¿Qué hacemos? Estamos solas y no hay que comer —Susurró y se tapó la cara con una almohada.

— Vayamos a ver a Aoi — Sugirió sonriente.

La mayor asintió y ambas partieron hacía la residencia de su prima, una vez al llegar a su casa se sumieron en una muy animada charla, hasta que enviaron a Shinobu a la tienda a comprar golosinas y otras cosas porque verían películas toda la tarde, no le agradó mucho la idea de ir a la tienda sola pero igual lo hizo.

— Tengo pereza y se les ocurre enviarme a la tienda, ese par de mocosas, ni siquiera se dignaron a acompañarme ¡la tienda esta muy lejos! — Hablaba entre dientes en el camino a la tienda, tendría un largo camino que recorrer.

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Los tres amigos estaban en la casa del azabache, haciendo lo que siempre hacían cuando se reunían...

Nada.

Sabito y makomo trataban de convencer a Giyuu para ir a aquella junta que organizaron Sabito y Rengoku.

— Que si irás — Repitió Sabito a su amigo.

— Que no — Gruñó.

— Oye Giyuu, eres muy asocial. Pareces un otaku — Bromeó Makomo desde su asiento.

— Me ofende tu insulto — Respondió y se recostó en el sillón de la sala.

—Sí, sí.. ya, hablando en serio, te invitaremos daicón con salmón luego — Indicó el de cabello cobrizo.

Al escuchar eso Giyuu volteó la mirada de golpe.

— ...Tomaré eso como un sí — Dijeron al unísono ambos amigos.

Giyuu suspiró, no le quedaba de otra, todo por el daicón de salmón...

— Estoy aburrida ¿qué hacemos? Hagamos algo — Exclamó con notorio aburrimiento en el hablar.

— Veamos la televisión — Sugirió Sabito.

— Sí, veanla pero no la enciendan — Murmuró Giyuu desde el sillón.