Un mes, un maldito mes había pasado muy rápido. Todo esto era confuso y nuevo para ella.
Actualmente Shinobu se encontraba empacando sus maletas muy a su pesar.
Por las fiestas de fin de año se había decidido que irían al extranjero para pasarla mejor y en familia.
El silencio en su habitación era tranquilo y pacífico, no obstante, alguien llegó a turbarlo.
—¿Terminaste de empacar? —Preguntó el azabache haciendo acto de presencia.
—En eso estoy —Contestó a secas.
—¿Te sientes bien? Recuerdo que tú no querías ir —Mencionó al tomar asiento en su cama.
—Simplemente acepté mi destino —Rió al decir aquello.
—Ah, ¿si?
—Sí, ahora. Si me disculpas... quítate de mi cama.
—¿Qué si no lo hago? —Le retó.
—Te mueres.
Giyuu estalló en risas, sin embargo, hizo caso omiso a la amenaza de la joven.
Pero no esperaba a aquella almohada que le fue aventada en primera instancia por Shinobu.
—¡¿Oye qué es esto?! —Exclamó
—Una almohada.
—Esto no es una almohada, es un arma mortal —Respondió refiriéndose al peso y dureza de esta misma.
—Pues es creación mía.
—¡Con razón! Tú creas tu propio armamento.
Shinobu rió al oírlo, Giyuu tenía cada ocurrencia.
—Ya vamos —Ordenó al momento de tomar su maleta y caminar en dirección de la puerta.
El azabache la siguió y fue de este modo que todos se reunieron en la sala principal de la casa.
Shinobu, Kanae, Kanao y Giyuu yacían ya listos y con las maletas preparadas.
Como este era un viaje familiar, solamente estaba implicada la familia en el viaje.
Así que nadie más asistiría.
—Bien, hora de irnos. Nuestros padres nos están esperando en el aeropuerto —Habló Kanae a los menores.
Fue entonces luego de esto que todos subieron al vehículo que los esperaba afuera. El chófer los llevaría al aeropuerto.
En el camino Shinobu se mantuvo en silencio pues para evitar que le sacaran tema de conversación decidió colocarse audífonos para no ser molestada.
Por su parte, Kanao y Giyuu se la pasaron hablando todo el camino sobre lo que harán una vez lleguen a su destino o también sobre ir a explorar.
Kanae por su parte texteaba con Sanemi y le mencionaba lo agotador que sería el viaje.
Al llegar al aeropuerto todos se dirigieron hacia aquel lugar en donde se encontraban sus padres.
Nuevamente guardaespaldas les seguían para resguardar su seguridad.
—Por fin llegaron, bien. Hora de abordar el avión —Dijo el patriarca de la familia al verlos llegar.
Esta vez su viaje sería en un vuelo privado, pues el vuelo comercial los agotaría aún más.
Al subir al avión Giyuu observó el entorno y a su sorpresa le gustó mucho los lujos que este avión tenía.
Tanta fue su sorpresa que con su boca hizo una pequeña "O" al ver el lugar.
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Idiota/GiyuuShino
HumorEl destino fue quien les hizo aquella extraña jugada. Tras el noviazgo de sus padres y pronto matrimonio, ambos jóvenes los cuales se tienen una rivalidad eterna tienen que aprender a sobrellevarse mientras estudian en la misma academia y viven en l...