— ¡Oye! — Le dijo mientras tomaba su delgada muñeca.
— ¿Pero qué es lo que te ocurre? — Furiosa y con lágrimas en los ojos le dijo.
— ¿Te enojaste por esa tontería? — Mencionó, minimizando su vergüenza.
— Estás loco...
— Por supuesto que no.
— Bien, ya sabes mi secreto. Ahora ve a difundirlo.
— No tienes idea de cuánto quiero hacerlo — Dijo sin pensar — Sin embargo, si lo hago te enfadarás conmigo. Y no sé, no me gusta que te enfades conmigo. Además no gano absolutamente nada haciéndolo ¿Entiendes? Ahora. Dejemos el tema de que eres una pervertida de lado.
— ¿Qué... Acabas de decir, animal?
— Que dejemos de lado el tema de tu terrible perversión — Respondió sin chistar antes de recibir un gran manotazo por parte de la menor.
Luego de un momento de silencio y luego de que ese manotazo haya resonado en medio pasillo se oyó el grito estruendoso de la más baja que regañaba al más alto.
— ¡¡NO SOY ASI, IMBÉCIL!!
— ¡¿POR QUÉ ME DAS EN LA CARA MOCOSA ACOSADORA?! — Respondió dolido por el manotazo.
— ¡¿A QUIÉN LE DICES ACOSADORA?! ¡ENERGÚMENO!
— ¡¿A QUIÉN LE DICES ENERGÚMENO?!¡PINCHE CHANEQUE ENDEMONIADO!
La pelea finalizó en ambos dirigiéndose a distintos lados del pasillo.
Mientras el mayor caminaba en dirección de su siguiente clase pensaba en la discusión que había tenido con Shinobu.
— Esa niña tiene la mano pesada — Se dijo en voz baja mientras con una mano se tocaba la mejilla para luego seguir con su camino mientras tenía cara de pocos amigos.
Nuevamente lo había arruinado, sin embargo, sentía que la muchacha tenía más vergüenza que enojo en aquel entonces.
No pensaba mal realmente de ella, no planeaba difundir su sucio secreto. Después de todo, ¿a quién le importaría los fetiches raros de Shinobu?
Ensimismado en sus pensamientos ingresó a la siguiente clase del día.
Ya en el aula Sabito y Makomo notaron el mal genio de su amigo quién se mantenía callado y con cara de limón agrio en su asiento.
— ¿Y a este qué le picó? — Makomo preguntó mientras observaba al azabache.
— No tengo ni la menor idea Makomo. Aunque pensándolo bien, debe ser por Shinobu — Suspiró cansado el de cabellera cobriza.
Makomo solo hizo una mueca que decía "es cierto" bueno, después de todo no era un secreto que la única persona que lograba cambiar drasticamente el humor del azabache atleta era la pequeña jovencita de ojos violáceos.
— Ya deja de observarlo Makomo, luego se le pasará el berrinche — Dijo Sabito disgustado. Pues por prestarle más atención a su amigo Makomo no había prestado atención a la clase.
Mientras tanto en la mente del azabache solo pasaba aquel momento por su cabeza.
Obviamente a él no le beneficiaba en nada divulgar el secreto de Shinobu, sin embargo, si alguien más se llegara a enterar, los enemigos de la pequeña mariposa harán lo posible para hacerla quedar como una demente frente a todos.
Y en especial, si cierto peli rubio se enteraba de aquel suceso, Shinobu no tendría descanso. Pues ese asqueroso la acosaria.
Al receso Giyuu no salió del aula y permaneció sentado en su asiento en completo silencio. Ahora Pues sería mejor que permaneciera un tanto alejado de la azabache.
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Idiota/GiyuuShino
HumorEl destino fue quien les hizo aquella extraña jugada. Tras el noviazgo de sus padres y pronto matrimonio, ambos jóvenes los cuales se tienen una rivalidad eterna tienen que aprender a sobrellevarse mientras estudian en la misma academia y viven en l...