Era increíble la manera en que se sentía, solo la veía a ella en ese momento. ¿Serán estos acaso sentimientos encontrados hacia ella? ¿Su martirio personal?
Tal vez. Aunque es consciente de que ella no lo está viendo de la manera en que él la ve a ella en este momento.
El azabache se dispuso a disfrutar de este momento y se divirtió como nunca antes.
Por otra parte una joven maestra yacía en una de las esquinas del gran salón observando a los estudiantes que bailaban en el centro de este mismo, alegre y con una sonrisa risueña observaba su entorno mientras inspeccionaba que no haya algo fuera de lo común.
En cierto momento sus ojos se posaron en un albino que caminaba en medio de los estudiantes hacia ella, rápidamente ella palideció y se cubrió el rostro con la libreta que llevaba en las manos, no quería verlo, estaba avergonzada.
— Kanae.. — Susurró al verla con el rostro cubierto, sabía exactamente la razón del por qué hacía eso y de ello quería hablar con ella
Lentamente con su mano derecha agarró una orilla de la libreta y la bajó lentamente para poder apreciar su rostro, estaba sonrojada y se veía nerviosa.
— Sobre lo de ayer... yo lo siento.
— No te preocupes, Sanemi yo ya lo sabía, es culpa mía por no haberlo dicho antes — Con un susurro audible para los oídos del varón, le respondió tratando de alejarse de él, más este no tenía planeado dejarla ir y la sostuvo por los hombros y viéndola fijamente a los ojos le dio a entender lo mucho que le lastimaba el hecho de que ella lo evadiera de cierta forma
— Lo lamento — Susurró cerca de su rostro demostrandose arrepentido
Kanae es de corazón noble y al oírlo supo que esta disculpa era genuina por parte de él, y aquello derritió su cálido corazón.
— Tranquilo, no te disculpes. Fue un error, por ahora dejemos este tema de lado ¿si? Tenemos cosas que hacer — Le respondió con suavidad mientras le dedicaba una suave sonrisa que heló al albino que solo se limitó a asentir para luego dejarla sola; pues trató de evitar que ella viera el sonrojo en sus mejillas al verla sonreír
Aquel tema lo tratarían luego, y sería una charla aparentemente larga para ambos.
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— Oye, Makomo... ¿qué haces? — Nervioso le dijo al ver que esta bebía ponche
— Nada, solo bebo ponche ¿tiene algo de malo? — Rió graciosa mientras le ofrecía un vaso de ponche, pero este no aceptó y solo negó levemente con la cabeza mientras sonreía — Ten, bebe... ni que tuviera alcohol.
— No, no tengo sed por el momento... — Murmuró, y antes de que pudiera decir algo más. Ya era arrastrado hacia la pista de baile por Makomo nuevamente
— ¡Vamos a bailar! — Contenta, tiró un grito alegre que resonó en los oídos del de cabellera cobriza que al oír su felicidad sonrió y la siguió. De hecho, si por él fuera, la seguiría hasta el fin del mundo
Por alguna extraña razón no sentía el cansancio a su lado. Todo era menos en su presencia.
Algo similar, sentía Giyuu en el mismo instante; verla sonreír de una manera en la cual jamás la había visto era estar en otro mundo, sin duda alguna, la mejor sensación que había sentido hasta ahora.
Tanjirou, por su parte estaba aún más embelesado que ellos, aunque aquel premio se lo llevaba Zenitsu, e Inosuke.
El pelirrojo llevó a Kanao a uno de los balcones del gran salón y permanecieron allí teniendo una de sus tantas charlas.
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Idiota/GiyuuShino
HumorEl destino fue quien les hizo aquella extraña jugada. Tras el noviazgo de sus padres y pronto matrimonio, ambos jóvenes los cuales se tienen una rivalidad eterna tienen que aprender a sobrellevarse mientras estudian en la misma academia y viven en l...