〘 06 〙

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TAEYONG


Me dejé caer junto a  Ten, intentando hacer funcionar mi cerebro otra vez.

Me corrí en mis pantalones como un maldito niño.

Sí. Si los hermanos vieran esto, me crucificarían.

—Vas a matarme —murmuré. Sus adorables ojos me miraron, aturdidos y no completamente homicidas. Mierda, eso me gustaba demasiado.

Maldición, él era hermoso. También olía bien.

—No, es papá quien te matará —dijo en voz baja. Pensativo. Genial, porque al final pensar no iba a mejorar nada de esto para él —Taeyong... espera, de todas formas, ¿cuál demonios es tu nombre?

—Es Taeyong. TY es el de carretera.

Una sombra cruzó su rostro.

—¿De verdad eres uno de ellos?

No fingí no entenderlo.

—Sí, soy un Ddaeng. Ha sido mi trabajo vigilar a tu hermana y a ti durante un tiempo. Entre otras cosas.

—¿Por qué? —preguntó, su cara llena de confusión —No somos importantes.

Me reí, preguntándome cómo podía ser tan increíblemente ingenuo.

—Eres jodidamente importante, bebé —le dije —Ese club te ama, incluso más que a tu hermana, porque tú te quedaste con ellos. La mitad de los tipos te consideran su hijo y la otra mitad quiere follarte. Todos le tienen miedo a tu padre. Aún no consigo entender por qué no es el presidente nacional. El año pasado cuando Atlas se retiró, supusimos que seguro él se presentaría.

—No está interesado —dijo de forma ausente. Luego se apoyó en un brazo, estudiándome. Mantuve los ojos en su rostro, sus labios hinchados proveían una agradable distracción. Seguía imaginándolos envueltos alrededor de mi polla —Dime la verdad, Taeyong. ¿Hubo alguna vez algo real entre nosotros?
Debería decirle que todo fue real. Decirle que fue amor a primera vista, que éramos la pareja ideal y que desafiaría a mi club por ser su compañero.

Pero por una vez me sentía simplemente jodidamente enfermo y cansado de mentir.

—No tengo ni idea de qué hay entre nosotros —dije, ni siquiera seguro de que eso fuera verdad. La primera vez que vi a Ten, se sintió como un golpe en el estómago. Quise follarlo en el momento. Eso no había cambiado, pero ahora que lo tenía acostado en una cama, por alguna razón hacerlo sentir mejor era más importante que meter mi polla en él. Quién lo hubiera pensado —No estoy seguro de saber qué es real —dije —Pero no creo en el amor, cariño. Creo en follar.

—Eso es lo más triste que he escuchado.

Me encogí de hombros, sintiéndome casi filosófico sobre la situación. Hay una cierta libertad en estar completamente jodido, y definitivamente eso era en lo que esto se transformaba. Un caos por doquier.

—Bueno, sé que tengo semen en mis pantalones al igual que tu, y eso es algo que no sucede todos los días —dije —Eres jodidamente sexy, Ten. No importa qué otras historias te cuentes a ti mismo, no lo dudes por un minuto. No puedo recordar la última vez que me corrí de esta forma. No estoy seguro de lo que esto significa, pero esa parte es claramente real.

—Ja —dijo, y luego rodó sobre su espalda y miró el techo —¿Voy a terminar muerto?

Consideré seriamente la pregunta, haciéndola girar por mi mente. Me sentía seguro sobre una cosa: me mataría a mí mismo antes de lastimarlo, bueno, lastimarlo físicamente. Estaba relativamente seguro de que ya le había causado serios daños emocionales. Pero mientras lo necesitara para que hiciera llamadas a papá, no podía permitir que se sintiera seguro. Esas llamadas necesitaban motivarlo, y eso requería miedo.

So Intense || Taeten [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora