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Ten


Lo miré fijamente, atónito.

—Te das cuenta de que no se supone que lo digas en voz alta, ¿no?

Suspiró.

—Ten, me gustas mucho. Ya lo sabíamos. Me gustas lo suficiente para no jugar contigo, ¿de acuerdo? Pero eso significa que no voy a darte ninguna mierda romántica.

Oh. No estaba seguro de cómo tomar eso. Por un lado, no quería que me mintiera. Por otro lado, tampoco me gustaba su honestidad. Hacía muy difícil pretender que esto no era completamente loco.

—Así que vamos a ponerlo todo sobre la mesa —dije —Quieres follar conmigo, pero no te importo. Quiero follarte, pero créeme, cada vez que abres la boca, me importas menos.

—Más o menos —murmuró.

—Debemos hacerlo.

—¿Discúlpame?

—Vamos a hacerlo —dije, asimilando la idea —Sexo. Follar. Coger. Sé que eres bueno en eso, y ya es hora de quitármelo de encima. Vamos a terminar con ello. Como arrancarse una curita.

Le sonreí alegremente, satisfecho de mí mismo. Era un plan brillante.

—Tienes que estar bromeando —dijo, cerrando los ojos —Jodidamente irreal. Ten, tenemos que llevarte a casa. Ahora.

—¿Me estás rechazando? —le pregunté, levantando las cejas — Porque parecías bastante listo para eso en el bar, y seguro como la mierda no fingías cuando me tenías esposado a la cama. Estoy bastante seguro que no imaginé eso.

—Sí, Chittaphon. Te estoy rechazando.

—Bueno, jódete, imbécil. Espera, no estamos haciendo eso, ¿verdad? —dije, malhumorado, mirando más allá de él. La puerta principal se abrió y pude ver gente bailando en el interior, interesante —Si vas a ser aburrido, voy a ir a ver qué tal está la fiesta.

Lo empujé a un lado y entré en la sala de estar, mirando alrededor con curiosidad. Si Taeyong quería ser un idiota, encontraría a alguien más para entretenerme.

Ahora, crecí en un CM, no era como si la fiesta me impactara totalmente. Pero papá siempre me echó antes de que las cosas se pusieran demasiado locas, porque es así de mezquino. Sin embargo, tengo una buena imaginación y he oído historias sobre las fiestas salvajes del club.
Historias que aparentemente eran bastante exactas. Dulce.

A lo largo de la pared había una larga pancarta que decía "Bienvenido a casa, hermano". Justo debajo, se hallaba un gran sillón reclinable, cubierto con telas de color oro como si fuera un trono. Al lado, había una mini nevera y unida a uno de sus costados, se encontraba una elaborada funda de control remoto. Tomé nota de cada detalle que veía en la periferia, porque mis ojos seguían manteniéndose alejados cada vez que trataba de mirar la acción que sucedía en el sillón.

Un hombre vestido con un chaleco de Los Ddaeng se hallaba recostado con una sonrisa gigante estampada en su rostro. Cualquiera fuera la causa, el celebrado (asumí que era el chico que Toke secuestro), se encontraba de un muy, muy buen humor.

Bueno, por lo menos ahora sabía por qué se celebraba la fiesta.

Empecé a vagar por la habitación llena de chicos bebiendo cerveza, parejas liándose y oh... mira eso. Un plasma gigante reproducía porno.

—Chittaphon—llamó Taeyong, su voz alertándome. Decidí ignorarlo. Esto era demasiado interesante. Pasando la sala, había un comedor. El chico alto de antes se hallaba tirado en la mesa mientras un hombre de trasero peludo lo follaba en frente de todo el mundo. Incliné mi cabeza, estudiándolo cuidadosamente. Necesitaba depilarse urgentemente.

So Intense || Taeten [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora