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Taeyong


Ten llenó mis sueños.

Sus adorables ojos echándome un vistazo mientras diligentemente lamía la punta de mi erección, luego lentamente la succionaba dentro de su boca. Sabía que no tenía bastante experiencia, pero maldición chupaba como un profesional.

Su mano se envolvió alrededor de mi eje y me animé.

Joder, valió la pena la espera.

Luego me llevó incluso más profundo, llevándome a su garganta, atrapándome fuera de guardia.

¿Cómo demonios sabía hacer eso?

Sentí el repentino deseo de matar al propietario de cualquier polla con la que él hubiera practicado. Su lengua dio un golpecito a la parte baja de la cabeza de mi erección, revoloteando, y olvidé todo acerca de mis próximos planes de asesinato. Me endurecí, mis bolas apretadas y listas para volar, pero mi cerebro comenzaba a cuestionar la situación completa.

¿Qué se estaba mal aquí?

Ten succionó duro, golpeando profundo en su garganta mientras subía y baja, más y más rápido. Su otra mano llegó entre mis piernas, rodando mis bolas con sus dedos mientras aceleraba. Me hallaba cerca, entonces me estiré hacia abajo para tocar su cabeza, darle una advertencia.

Espera. El cabello de Ten no era así de corto.

Pero su boca era tan malditamente caliente y húmeda. Mierda. No podía pensar. Nunca soñé que conociera tantos trucos, y alguna pequeña parte de mí comenzó a considerar asesinar de nuevo. Mi Chittaphon ya no era tan inocente, y cualquiera que le enseñara respondería...

Perdí los pensamientos mientras mi carga explotaba, lanzando todo por los aires. Santa mierda, necesitaba eso.

Espera. Esos no eran labios de sueño en mi polla.

La adrenalina me golpeó y mis ojos se abrieron.

—¿Qué mierda? —demandé, viendo hacia abajo para encontrar a uno de los chicos de la fiesta de anoche lentamente lamer mi venida de sus labios. Salté hacia arriba y le di un revés, golpeándolo fuera de la cama con un sonido de choque.

—¿Qué demonios está mal contigo? ¡Jodido!
Él agarró su mejilla y me vio, sus ojos llenándose de lágrimas.

—¿No te gustó? —susurró, luciendo confundido. Sus pupilas eran pequeñas, pequeños agujeros y vi huellas en sus brazos. Fui afortunado de que me chupara en lugar de robar mi billetera o me apuñalara. No. Espera. Robar mi billetera podría haber sido definitivamente mejor...

Maldito drogadicto.

—¿Se supone que me guste que algún extraño se escabulla en mi cuarto y ponga su boca en mi polla sin preguntar? —exigí —No me tocarás sin mi permiso. Si te hiciera esto a ti, gritarías violación. Cristo.

Saqué mis piernas de la cama. Él se echó hacia atrás, escabulléndose lejos de mí como un cangrejo. Pasé una mano a través de mi cabello, tratando de concentrarme.

Mierda, pero Ten me tenía todo descarriado y cometiendo errores estúpidos. Un hombre como yo no duerme con la puerta sin seguro. Normalmente no dormía tan profundo, eso o quien irrumpiera en mi habitación tenía una invitación a conocer a mi arma, sin disculpas.
A pesar de todo, ese drogadicto no solo entró, invadió mi sueño acerca de Ten.

Joder.

Se puso de pie y salió a toda velocidad del cuarto, lo que fue una maldita cosa buena. Si tuviera que verlo de nuevo, lo habría lanzado a través de la jodida pared.

So Intense || Taeten [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora