〘 09 〙

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TEN

Mierda.

Todos los otros asuntos aparte, estar cautivo era aburrido.

Me tumbé en la cama cerca de Heejin, una mano sujetada a la cabecera. Gracias a Dios por eso, no importaba qué sucediera, al menos estábamos juntos. Me sentía bastante bien sobre lo que conseguí durante el completo incidente de la llamada. Me las arreglé para sacar la herramienta Leatherman de Taeyong de su bolsillo mientras Heejin lo distraía escupiendo sangre. Impresionante acto de su parte, porque fue realmente asqueroso. Luego cogí su billetera cuando llamó a Johnny.

Ahora tenía ambos objetos escondidos debajo del colchón, listos y esperando para nuestro intento de huida. No estaba seguro del uso que podría tener su billetera, pero la Leatherman valía su peso en oro. Me encontraba casi convencido de que podría usarla para forzar las cerraduras de nuestras esposas.

Forzar cerraduras. Otro pasatiempo divertido que papá compartió con nosotros... También sabía cómo hacerle un puente a un coche, aunque solo lo lograba la mitad de las veces.

Naturalmente, Lisa siempre lo conseguía a la primera.

Pensar en ella casi me hizo llorar. Deseaba tanto verla otra vez...

—¿Cuándo quieres intentar la escapada? —preguntó Heejin, su voz un susurro. Empecé a contestar pero antes de que dijese algo, la puerta se abrió. Taeyong entró a la habitación. Se acercó y se puso junto a la cama, estudiándome. Decir que el silencio era incómodo era comprensible.

—Voy a ver tu padre en un rato —dijo, manteniendo la mirada. Había algo intimidante y espantoso en su mirada... Me sonrojé, preguntándome si todo le sonaba a “¡Culpable!" a la pobre Heejin. Obviamente me sentía jodidamente culpable, no fue suficiente que mi estupidez nos hubiese traído aquí. No, hice todo menos tener sexo con el enemigo, y tenía que ser honesto. Hubiese seguido hasta el final si me lo pedía.

Bien podría haberle dado las llaves del club de Los Silver mientras me hallaba allí, porque así es lo honesto que no soy.

Que le den. No más.

—¿Chittaphon? —preguntó, y parpadeé, dándome cuenta de que me había perdido algo.

—¿Qué?

—Gira tu mano de manera que pueda alcanzar la cerradura — repitió, su voz tranquila y firme —Quiero hablar contigo antes de que me vaya.

Hice lo que me dijo, lanzando una mirada a Heejin. Se mordió el labio, obviamente asustada por mí. Ella realmente, realmente no se merecía esta situación.

—Vamos —dijo Taeyong, tomando mi mano y tirando para pararme. Agarró mi brazo, me llevó a la puerta y en el pasillo hasta su dormitorio.

—Toma asiento —dijo en voz baja. El único lugar para sentarse era la cama, que tenía tan agradables recuerdos.

—Me quedaré de pie.

—Siéntate en la jodida cama, Ten—gruñó, y me di cuenta que podría estar tranquilo en este momento, pero era cualquier cosa menos pacífico. Me senté. Taeyong se acercó y se agachó delante de mí, las manos apoyadas en mis rodillas, cara a cara. No quería que me tocara, y tomó todo lo que tenía para no darle una patada en la cara. Sin embargo, ya había aprendido. No tenía sentido atacar a menos que tuviera un lugar a dónde llegar con ello.

So Intense || Taeten [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora