〘 21 〙

157 24 1
                                    

Taeyong


No creo que jamás haya estado tan cabreado en mi vida.

Chittaphon me frustró tanto que quería estrangularlo, tal vez ahorrarle el trabajo a nuestro francotirador. También me encontraba enfadado conmigo mismo, porque debería haber sido capaz de controlar la maldita camioneta. Ahora, en lugar de proteger a mi compañero, me quedé atrapado mirándolo en cuclillas sobre mí con una pistola, el hielo construyéndose en su pelo mientras sus labios se volvían azules.

Todo porque fui atrapado por un puto árbol.
Sonó otro disparo, aunque esta vez no golpeó la camioneta. Al menos eso era algo... Aunque si moría esta noche sin protegerlo, esperaba que pudiera encontrar una manera de regresar y cazar a Leechaiyapornkul. Haría uso de mis poderes fantasmales para hacerle profanar mi inútil cadáver de mierda.

Más disparos. Luego gritos.

—¡Ten! —Escuché a alguien gritar. Se levantó un poco.

—No —le dije, con la voz quebrada —Quédate abajo hasta que encuentren al tirador. Solo grita. Hazles saber que nos hallamos bien, pero bajo fuego. Es más seguro de esa manera.

—¡Estamos a salvo! —gritó, tan fuerte que me hirió los oídos —El francotirador dio al camión al menos tres veces, por lo que sean jodidamente cuidadosos. Además, tengo un arma. Identifíquense antes de acercarse demasiado, o voy a dispararles yo mismo.

—Espera, Ten. —Oí una voz profunda gritar en respuesta —Estamos llegando por ti.

Sonaba familiar... Entonces lo ubiqué. El viejo individuo que conocí cuando negocié con Los Silver sobre la liberación de Chittaphon.

—¿Crees que van a ser capaces de encontrarlo? —preguntó Ten. Sus dientes comenzaron a castañar. Mierda, al menos yo tenía mi manta de agujas de pino...

—No tengo ni idea —dije —Si es inteligente, ya se habrá ido. Podría quedarse allí y tratar de darles, pero un tiempo como éste apesta para todos.

Entonces me di cuenta que sus manos empezaron a temblar. Por el frío o adrenalina, no importaba cual.

—Creo que debes soltar el arma.

—No.

—No me dispares por accidente, por favor.

Chittaphon miró hacia abajo y sonrió, todavía hermoso a pesar de los carámbanos que se acumulaban en su pelo. A la débil luz del tablero, pude ver que sus labios se encontraban azules, su nariz roja, y su camisa empapada.

—Lo prometo —dijo en voz baja, mordiéndose el labio —Nunca te dispararé por accidente.

Consideré su respuesta.

—Eso es menos reconfortante de lo que crees.

Se oyeron varios disparos más, y luego oímos un agudo y agonizante grito.

—Santa mierda —susurró Chittaphon, su sonrisa desapareciendo. Sus ojos eran enormes, y llevó el arma de nuevo hacia arriba, su dedo moviéndose sobre el gatillo. Entonces alguien gritó a través de la oscuridad. Alguien que se hallaba cerca.

—Ten, soy Taemin.

¿En serio? ¿El jodido Taemin iba a rescatarnos?

Y ahí tenía la prueba de que Dios es un bastardo perverso.

—¿Lo atrapaste? —gritó Chittaphon.

—Atrapamos a uno de ellos —dijo Taemin —No hay manera de saber si hay más. Pero estamos buscando. Leechaiyapornkul dice que te saque, y te lleve de nuevo a la Armería mientras buscamos a un segundo francotirador.

So Intense || Taeten [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora