Solo amigos

Capítulo 16

«Me dormí para no
extrañarte y te soñé»
~Vicente García

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¿Estamos de acuerdo que las historias que vemos en las películas y series son una farsa? ¿Sí? Genial, porque yo estoy de acuerdo.

Quiero decir, puede que el diez por ciento de la población tenga una buena e idílica pareja, una relación... pero... ¿Y el resto? ¿Qué hacen el resto de mortales que no entran en ese porcentaje? ¿Esperar? ¿Buscar?

A ver, según mi perspectiva, en algún y corto momento llega ese alguien. Ese alguien que no reconocemos, ese alguien que es tu amigo pero eres tan ciega que no lo ves como el amor de tu vida...

Porque seamos sinceros, ¿Cómo podría ser esa persona el amor de tu vida? Es como decir que Henry Cavill es tu tío. ¡Exacto! Un jodida locura.

Entonces, ¿Sabemos realmente lo que significa que alguien sea el amor de nuestras vidas?

Creo, que nada es tan bueno como en las películas, como el largo y viejo amor de esos abuelos que aún cuentan como se conocieron y tuvieron hijos, y que sus hijos tuvieron más hijos... ¿Eso es lo normal? ¿O eso es lo esperado?

En fin... ¿Cómo sabemos que esa persona es la indicada? ¿Como sé que él es esa persona? ¿La química, tal vez? ¿La conexión? ¿La atracción? ¿Ese sentimiento que te genera con solo mirarte? No, en realidad, no lo es exactamente.

¿Cuantos romances tiene una persona hasta encontrar la adecuada? Puede que uno, si tiene mucha suerte. Puede que unos cuantos... O, simplemente, puede que nunca encuentres a esa persona especial y estés con la que tú crees que es la correcta.

¿En conclusión? Que el amor es una mierda. Sí, por muy bonito que sea, siempre habrá algo malo, como por ejemplo: las dudas.

Pero, como lo humanos somos unos ilusos natos, ahí fallamos todos, porque en algún momento, las dudas lo serán todo.

"Decir y hacer" son cosas muy distintas. "Pensar y hacer", es prácticamente lo mismo. Pero recorrer el camino hasta hacerlo es otra constante duda. Tener la decisión de hacer algo, y dejarlo para luego, es la primera fase para no hacer lo que quieres... ¿Se entiende?

Como, cuando quieres dejar tu trabajo, pero lo dejas para luego...

Cuando quieres hacer ejercicio, pero lo dejas para mañana...

También, cuando haces todo lo que está en tus manos para caerle bien a tu abuela, y como no funciona, dejas para mañana volver a intentarlo...

En fin, todo eso pensaba mientras veía los ojos remarcados y pequeños de Angie, mi... mi abuela. La madre de Adam, de mi padre.

Dios, debo decir que aún no tengo ni la más jodida idea de cómo Adam, tan... tranquilo, tan bueno, tan... él, haya salido de aquella mujer.

Angie era brusca, sin mediar palabras buenas, esa persona que no quieres ver nunca, pero que al final se te hace tan común que lo aguantas. Muy conservada, muy cerrada. Muy... impertinente.

Tenía el pelo rubio impoluto, sin muestras de canas, o más bien, teñido. Vestimenta sin arrugas e igual de perfecta... Dios, era una completa y absoluta bruja...