Capítulo 6

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Yelena ese día llegó furiosa al instituto. No era normal en ella empezar el día con malos aires pero nada podía hacer para remediarlo.

Porque cuando se enojaba ya no había vuelta atrás.

Las consecuencias las tuvo que pagar un chico que por andar corriendo chocó sin querer con Yelena y ésta no esperó ni un minuto para descargarse.

"Todos son unos inútiles" era su lema.

"Excepto yo, por supuesto"

Una vez hecho, se dedicó a quedarse en silencio y a asegurarse de que nadie le hable.

¿El por qué de su enojo? Sus padres. Sus padres tenían la culpa de todo. El sábado anterior cuando llegaron a su casa no hicieron comentarios sobre los Bishop-Maximoff en lo absoluto, pero al otro día fue otra historia. Empezaron a decirle que debería hacerse amiga de Kate, que debería invitarla a salir o que simplemente hablar amistosamente con ella, ya que conocían a su hija y su carácter.

Y todo eso con el propósito de que comenzaran a salir.

Sus papás sabían sobre su orientación sexual y creían que Kate era la indicada para su pequeña.

Yelena odiaba que sus padres se entrometieran en su vida, sabía que sólo se preocupaban por ella pero aún así le molestaba. Ella sólo quería quedarse sola, sin nadie que le esté causando dolores de cabeza, no pedía mucho y quería que su familia respete eso.

Tenían ideas estúpidas en mente y le temía a eso.

•••

La pelinegra tenía su vista puesta en una chica del colegio. La había visto un par de veces y le parecía muy atractiva. Según lo que susurraban se llamaba Carol. Ese fin de semana no había tenido nada de diversión carnal y el instituto algo bueno le tenía que traer ¿verdad?

Como toda mujer empoderada que era, se acercó a hablarle. Estaban en receso y no habría problemas.

Pudo deducir que la chica era una fulana. Lo había examinado de pies a cabeza y su actitud había cambiado a angelical de repente. Kate conocía a las chicas así.

Un par de palabras, sonrisas falsas, y ya se estaban escabullendo a algún salón alejado y sin ocupar.

Kate solo quería liberar la tensión.

Se encontraban en el aula desierta, sus cuerpos sudaban y el calor era notorio. Carol estaba apoyando las manos en una mesa, con simplemente sus pantalones y ropa interior bajados hasta la rodilla. Kate tenía los ojos cerrados, con una mano en la cintura de la chica y la otra en su sexo y la camisa abierta y remangada.

Gemidos altos se podían oír en el lugar. Yelena, que pasaba en el lugar que era habitual para ella cuando necesitaba estar sola, no se esperaba ver aquella escena.

Las espió sin intenciones de darse a lucir, nunca en su vida había visto algo así, le causó náuseas la forma en la que Carol gemía. No quiso siquiera mirar a Kate, tenía que ser descarada para hacer eso en el instituto siendo nueva, pero le fue inevitable.

Tragó saliva con fuerza al ver como el sudor caía por su cabello, la piel de su cuello y abdomen estaba cubierta por perlitas de sudor y no le pareció repugnante. Yelena creyó que Kate tenía un cuerpo increíble, su torso estaba bien marcado.

Se empezó a imaginar esas manos agarrandola del cuello, acariciarle la cintura, cómo se sentiría si una chica asi te abrazara...

Se pateó mentalmente, sacó esos pensamientos insanos de su cabeza y sacó su teléfono para grabar.

Solo fueron dos minutos y se retiró del lugar con un sentimiento extraño en la garganta y estómago.

Paciencia; Kate & Yelena. [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora