Capítulo 23

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Cuando Yelena por fin llega a su casa luego de un largo día en el instituto, lo primero que hace es ir hacia el sofá y desplomarse allí. Extrañamente se había quedado dormida y había llegado tarde a clases, gracias a Bucky que la estuvo entreteniendo con mensajes de texto hasta altas horas de la madrugada. En todos sus años como estudiante jamás le había pasado algo como quedarse dormida, esa mañana pidió disculpas al profesor aunque no fuera estrictamente necesario. Por lo tanto, después de pasar por tanto en ese momento lo único que quería hacer era descansar.

Pero al parecer todo estaba en su contra puesto que al instante en el que sentía dormirse, su madre le habló.

-Ve a ducharte cariño, saldremos.

Negó con la cabeza y no formuló palabra alguna, estaba demasiado cansada.

-Eleanor me ha llamado para que vayamos a cenar, pero si quieres puedes quedarte, no es necesario que vayas si no quieres...

-¡No! Voy a ir.

Se levantó de un salto, cogió su mochila y subió las escaleras corriendo para llegar cuanto antes a su habitación, dejando a su madre con las palabras en la boca.

Al parecer todo el cansancio se le había ido de repente, ya que se peinaba alegre frente al espejo. Cuando terminó busco sus mejores prendas, una camisa morada y pantalones de jeans negros. Después marchó hacia abajo, donde sus padres esperaban.

Estaba nerviosa por algún motivo, en el camino intentó distraerse con su móvil pero aún así no lo logró. Mordió sus labios, inquieta. Los recuerdos de la noche de hace dos días se le vinieron a la mente una vez más, Kate acariciando sus labios contra los suyos le había pegado tan fuerte puesto que no podía pensar en otra cosa que no sea eso.

De verdad que intentaba sacársela de sus pensamientos, pero todo en su interior se negaba ante esa idea y le era imposible. Y es que ¡se supone que ellas dos deberían estar odiándose! no lanzándose miradas indiscretas y tener acercamientos que a esas alturas se les eran prohibidos.

Cuando mira a su alrededor ve que ya han llegado y se arregla discretamente el cabello. Últimamente estaba pensando en cortárselo, quizá le sentaría bien un cambio de look.

Eleanor y el señor Maximoff los reciben cálidamente, Wanda y su novia se escabullen a algún lugar de la casa tratando de pasar desapercibido, y sin su hermana que era la única que le daba conversación se siente aburrida. En la sala de los Bishop-Maximoff mientras sus padres charlaban esperando la cena, vuelve a sacar su móvil para entretenerse, fallando en el intento nuevamente. En eso levanta la vista y pilla a Kate bajando las escaleras, al parecer recién salida de la ducha ya que llevaba el cabello mojado. Evita mirarla pero es una misión imposible, la camiseta blanca que la pelinegra está usando se le pega al cuerpo y le hace lucir sus pechos.

Yelena se da una cachetada mental y saluda a Kate verbalmente, maldiciendo porque ésta se vino a sentar a su lado. Puede oler la fragancia corporal de la ojiazul y se atreve a pensar que ésta es deliciosa.

La conversación de sus padres empieza a ir en terreno peligroso y quiere hacerse bolita en el sofá.

-En dos semanas es su cumpleaños y haremos una fiesta familiar, claramente ustedes están más que invitados querida... - escuchaba a su madre susurrarle a Eleanor.

Odiaba cuando su madre organizaba cosas así y no le avisaba. Bufó e interrumpió antes que el tema se de a conocer más.

-¿Puedo pasar a tu baño, Eleanor? Por favor.

-Por supuesto. Kate te guiará, cielo.

Eso es todo y vuelve a ser ignorada por cotilleos. Se resigna y se levanta seguida de Kate, mientras guiada va mirando todo a su alrededor, la casa era grande y ella solo conocía una parte. Se le hizo gracioso ver cuadros de Kate cuando era pequeña, se le hizo muy tierno pues en algunas la pelinegra salía sonriendo y no tenía los dientes frontales.

Paciencia; Kate & Yelena. [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora