Capítulo 17

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Kate saltaba animadamente sobre el pasto, haciendo crujir sus huesos y estirándose un poco. Cuando supo que harían una carrera fue la primera en unirse.

Todos estaban al aire libre, en la ciudad no se solía ver tanto espacio verde y los jóvenes sin querer comenzaban a disfrutarlo. Claramente solo algunos, otras personas como Carol preferían quedarse en la sombra a mirar como los demás jugaban.

La primera competencia del día empezó y Kate arrasó, quedando en el primer lugar. El premio solo era comida, pero para ella se sentía como si fuese oro.

El profesor esta vez llamó a chicos que quisiesen jugar a algo muy divertido. Consistía en que dos integrantes tenían que pasarse el huevo lentamente, el que no lograba sujetarlo perdía, dejando al otro ganador.

A Yelena le gustó la idea y se dijo ¿Por qué no?

Lo único malo era que ya estaban cinco grupos y él aun no encontré pareja, pues ya nadie quería jugar. Decidió pedirle ayuda al profesor.

-Oh, ¿Hay alguien aquí que pueda unirse al equipo de Belova? - preguntó el profesor a los alumnos.

-Nadie quiere jugar con la cerdita... - se oyó la voz de Carol, queriendo pasar desapercibida pero en realidad todos la habían escuchado.

Kate rodó los ojos, Carol ya comenzaba a hartarle. Hasta parecía que tenía envidia de Yelena, según ella.

-Todos te oímos Carol, y por hacerte la graciosa, tú acompañaras a Belova. Anda, muévete.

Yelena quedó estática tras escuchar esas palabras salidas de la boca de su profesor. Se giró hacia la rubia mal teñida y sonrió grande y malévolamente. Hizo crujir sus nudillos con discreción.

Cuando todos estuvieron en sus posiciones, comenzó el inocente juego.

Al principio todo iba bien, Carol claramente era una inútil de primera pero por alguna razón siempre lograba sujetar el huevo. Yelena estaba concentrada, la otra se aprovechaba de su altura, ella era pequeña y debía saltar un poco más.

-Vamos cerdita, ya me está aburriendo. - susurró Carol, mirándola con burla.

-Cierra el pico, renacuaja.

Y con eso Yelena sujetó el huevo y sin parecer demasiado mala, cogió fuerza en su brazo lanzador para tirar el huevo con fuerza y precisión, logrando que impactase en la frente de Carol, quien estaba demasiado distraída como para haberlo visto venir, puesto que estaban jugando limpiamente. Carol quedó estática, se giró para ver cómo toda la escuela la miraba para luego cotillear y comenzar a reír. El liquido viscoso se escurría por su cara asquerosamente. Sintió vergüenza, y miró con odio a la más baja para luego salir corriendo del lugar.

"Por zorra" articuló Yelena con los labios, encogiéndose de hombros, esta vez teniendo una mirada burlesca en su rostro.

•••

El momento de volver a la cabaña volvió, y con ello el martirio para ambas jóvenes.

Kate estaba enojada y sentía algo raro... Sí, sentía vergüenza. Nunca nadie la había tratado de calentona, y vale, quizá sí lo era un poco, pero no era bonito que se lo recalcaran. La enana no le gustaba de forma amorosa, ni una pizca, sino que le gustaba su cuerpo y su rostro. Ah, porque jodidamente no podía sacarse de la mente como hace tan solo una noche atrás Yelena estaba a su lado, haciéndola gemir su nombre.

Su gran problema era que ni siquiera la había probado como a ella deseaba. Necesitaba follarla, la necesitaba más que respirar.

Pero Kate no era ninguna tonta, no se arrastraría por un simple polvo.

Por eso mismo ahora estaba mirando con odio a la rubia, quien estaba en su cama leyendo, sin prestarle atención.

Unas gotas de lluvia impactando sobre el techo de la cabaña las sacó de sus pensamientos a ambas. Había comenzado a llover fuertemente. Al parecer el día de mañana ya no habrían juegos.

Una ventana se abrió debido al fuerte viento, Yelena saltó en su cama, asustada. Le gustaba la lluvia, pero esa cabaña no se veía del todo segura para ella. Se levantó, pisando el suelo frío con sus pies descalzos y fue a cerrarla. Intentó ponerle la traba nuevamente pero ésta estaba demasiado alta para ella, infló los cachetes, frustrada. Cuando se puso de puntillas para lograr su objetivo, un torso se pegó a su espalda y luego vió como Kate puso la trabilla sin problema alguno.

Le afectó esa jodida cercanía.

Se alejó rápidamente y miró a la más alta. Ésta solo le dedicó una mirada de superioridad.

-No estaba tan difícil.

Se miraron unos segundos más para luego rodar los ojos y volver a sus camas sin dirigirse palabra alguna.

Iba a ser una larga noche.

Paciencia; Kate & Yelena. [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora