Capítulo 9

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-Cielo, date una ducha, saldremos.

Yelena suspiró resignada, su madre había entrado sin siquiera llamar. Se acurrucó entre sus sábanas, con ganas de seguir durmiendo.

-No quiero ir, mamá. - susurró somnolienta.

-Solo será un rato, iremos a cenar con la familia Bishop-Maximoff. Esa chica, Kate, es tu compañera ¿cierto? No te aburrirás.

El corazón de la rubia al oír "Kate" había comenzado a golpear fuertemente su pecho. Se levantó fingiendo enojo.

-Como sea.

Su madre se retiró y pudo respirar tranquilamente, corrió a su armario para ver qué podía ponerse. Se quería ver guapa, se mentía a sí misma diciendo que sólo era para estar a la altura. En el fondo sabía perfectamente la razón.

La primera vez que vió a Kate no se imaginaba que ésta fuera lesbiana, no parecía serlo. Pero cuando la vió con Carol no le cupo duda alguna. Si fuera una simple hetero curiosa le daría asco ¿verdad?

Tampoco es como si lo supiera, ella jamás había estado en una situación parecida.

Se apresuró en ducharse para luego vestirse y ver si había quedado bien.

Esos jeans eran tan ajustados y se veían tan bien en ella. Se giró lentamente para apreciar su parte trasera y se rió al notar lo abultado de sus nalgas. Ese cuerpo no iba para nada con esa cara. Maquilló su rostro y ahora sus labios estaban en un rosa pálido, tenían un efecto hinchado.

Quizá besables.

Yelena ahogó un grito de frustración al darse cuenta de lo que inconscientemente hacía. Estaba tratando de impresionar a Kate, eso le enojaba. ¿Cómo podía ser tan tonta? Aún recordaba la forma tan brusca con la que la había tratado, incluso pareció tenerle asco. Entendía a Kate, ella misma sabía que a veces llegaba a ser muy molesta, pero ya era así, era parte de su forma de ser, no podía cambiar ni aunque lo quisiera.

Bufando fue con sus padres y hermana para partir. Al principio creyó que irían a la casa de los Bishop-Maximoff otra vez, pero la desilusionó saber que se encontrarían en un restaurante.

Su hermana iba contándoles los planes que tenía, tan ilusionada y sus padres tan contentos. Rodó los ojos y se concentró en mirar la ventana.

Le empezaba a causar envidia que ella parecía ser la hija favorita.

···

Risas, chistes, sonrisas y demás provenían de esa mesa. Sus padres parecían llevarse muy bien, al menos eso era bueno.

Yelena jugaba con el delicado mantel, con la cabeza gacha mientras esperaba el postre. Kate estaba más alejada y su rostro inexpresivo estaba intacto. La miró de reojo solo para comprobar una vez más esa marca roja que tenía en la parte más baja de su oreja, estaba muy bien oculto.

"¿Acaso está saliendo con alguien?" Se preguntó internamente.

De todos modos eso no era de su incumbencia.

Le molestó que la ojiazul ni siquiera la haya mirado, solo le lanzó un saludo rápido que parecía ser por obligación. Se sintió ilusa por pensar que ésta la miraría más de la cuenta, bien sabía que no lo haría. Sus ojos picaron sin razón, no se sentía cómoda en ese lugar.

-¿Puedo ir al baño? -preguntó en un susurro a su madre, quien hablaba con Eleanor.

-No hay problema, ve cariño.

-¡Oh! ¿Te puede acompañar Kate?

Yelena quiso rodar los ojos realmente. A veces las madres solían ser realmente pesadas.

Paciencia; Kate & Yelena. [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora