Capítulo 5

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Indignadas. Así estaban Kate y Yelena.

La segunda nombrada no había hecho más que fingir una sonrisa y saludar a su compañera con unas secas palabras.

-¿Se conocen ustedes dos?

-Somos compañeras. - respondió la rubia viendo que Kate se había quedado callada.

-¡Eso es perfecto! - exclamó Eleanor - Ahora Kate ya tiene una amiga en su nueva escuela.

Kate se tuvo que aguantar la emoción de las familias, a una pareja tratando de pasar desapercibido mientras se daban besos y a la enana que conversaba felizmente con su madre. Trató de esbozar una sonrisa pero nada salió. Así que se sentó en el sofá sin más.

Una mierda de noche, con sus amigos la estaría pasando genial, pero no, tenía que estar ahí porque a la tonta de Wanda le iban a proponer matrimonio. Algo muy estúpido para ella, si le llegasen a preguntar.

Tuvo pocos amoríos en su vida. Al descubrir que era lesbiana se fue guiando por el sexo femenino. Tenía revolcones con algunas conocidas o amigas en común, pero no era nada importante. Porque pensar en la idea de pasar tiempo encaramelada con alguien la asqueaba.

Su familia sabían perfectamente sobre su orientación sexual y la aceptaban. De todos modos a ella no le importaría si se opusiesen.

El tiempo fue pasando y ahora ya todos se encontraban ubicados en la mesa donde cenarían. La comida abundaba y a Kate se le hizo agua la boca. Comenzó a atacar los bocadillos y carnes, y los demás no se quedaron atrás.

Excepto Yelena, que comía sólo una porción de ensalada. Ésta estaba sentada al lado de Kate por obligación de su madre, y le estaba costando la vida ver como la pelinegra era un cerdo comiendo. Se le hacía un nudo en el estómago cada vez que la oía tragar.

-¿Estás a dieta o qué? - le susurró Kate brutamente.

-Soy vegana.

-¿Vegana? ¡Puff!

Yelena confundida por la burla sin sentido de la ojiazul decidió preguntar.

-¿Y el chiste?

Kate se limpió la boca con una servilleta antes de hablar.

-Que ocultas tu dieta diciendo que eres vegana.

-¡Claro que lo soy! No tendría por qué mentir. - respondió ofendida.

-No es nada malo que quieras bajar unos kilos de más, te vendrían bien. - murmuró la ojiazul, aguantándose la risa.

Pero Yelena no le hizo caso, solo rodó los ojos. Ella incluso iba al gimnasio y se ejercitaba todos los días para mantener un cuerpo sano.

-Yo gorda ¿y tu que? - se burló en voz baja, pero fue suficiente para que Kate la escuchara.

Ésta solo rió, estaba muy lejos de ser gorda. Sí, comía cualquier cosa que se le pusiera enfrente, era conocida por tener mucha fuerza y un buen cuerpo. Quizá hace unos años si era un saco de huesos pero a los 15 la pubertad le pegó duro.

La noche pasó lenta,la familia Belova-Romanoff se retiró contenta a las un a de la madrugada. Pensaban que los Maximoff-Bishop eran una buena familia y muy partidaria para su hija.

Kate estaba quejándose con su madre porque al final no había podido salir con sus amigos, había desperdiciado su noche.

-Esa enana tiene la culpa de todo. - soltó con los ojos entrecerrados de odio.

-¡Pero si Yelena es un amor! - la defendió Eleanor.

-¡Es un demonio con patas cortas!

-Bueno, ya comprendo lo que pasa. Te dejo para que medites lo que sientes por esta chica.

La pelinegra asintió y le dió las gracias, sin comprender lo que su madre había querido decir.

Paciencia; Kate & Yelena. [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora