Capítulo 6.

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—¿Te ocurre algo?—dije al ver que se me quedó mirando embobado.

—Ehm... ¡No!—Tardó en reaccionar. Se puso de pie y me tendió la mano—. Es tarde, ¿te acompaño a casa?

—Vale—sonreí levantándome del suelo.

—Por cierto me llamo Cameron, Cameron Dallas.—Comenzamos a caminar.

—Ya lo sé.

—¿Fan?

—Nope.—Negué con la cabeza, pero sí era su fan. En resumen soy idiota—. Nueva integrante de MagCon, Ester María de la Rosa.

—Que nombre tan largo—rió.

—¿Te digo algo?—asintió—. No me llamo así—susurré.

—¿Te digo algo?—asentí—. Me lo figuraba—sonreí—. Entonces ya sé donde vives—me miró de una manera muy rara.

—No me mires así.

—¿Te incomoda?

—Sí—dije moviendo muy exageradamente la cabeza, provocando que todo el pelo se me pusiera en la cara.

—Pues ahora te miraré así siempre.

Mierdecita...¡Seguro que estaba roja!

—En fin...

—¿En fin? Eso no se le dice a los amigos.—Se secó una lágrima de mentira.

—¿Amigos?

Paré mi camino y le miré tanto interrogante como emocionada.

¡Amigos!

—¿No quieres ser amiga mía?—Se puso delante de mí, cortando tanto mi paso como mi mirada.

Agachaba la cabeza para mirarme porque soy un bello gnomo.

—No sé—contesté fingiendo ignorancia.

—Sí que quieres.

Salí corriendo porque nunca es un mal momento para hacer cardio. Lo que no me esperaba es que el chico saliera detrás de mí para hacer ejercicio conmigo.

—¡Ven, Ester María de la Rosa!—gritaba con voz aguda.

—¡No me llamo así, Cameron Alexander Dallas!

Dejé de correr para que me alcanzara, no porque estuviera cansada hasta decir basta. Mala idea. Comenzó a hacerme cosquillas.

—¿Decías, amiga mía?

—No... para...no...puedo...respirar.—Solté entre carcajadas.

—Ya paro...

—Gracias a Dios—dije en español.

—¿Eins?

—Nada.

—¿Qué has dicho?

Ya estábamos en la puerta de la casa, todo gracias a que yo había apresurado la marcha con mi carrera.

—Que eres muy feo—le saqué la lengua y llamé a la casa. Abrió Dani que se tiró encima de mí a abrazarme.

—Dani, estoy viva.

—¡Y yo muy enfadada!—gritó al terminar de abrazarme.

—Bipolar—conseguí escuchar susurrar a Nash.

Dani se dio la vuelta y se tiró, literalmente, encima de él a darle un golpe. Cameron y yo nos limitamos a pasar.
Todos los chicos cuando me vieron entrar con Cameron se asustaron, supongo que por mi careto de haber llorado horas.

—¡Me voy a dormir!—grité en las escaleras.

—¡Qué duermas bien!—dijo Matt.

—¡Hasta mañana princesa!—dijo Cameron.

Me puse mi pijamita y me dormí. Ha sido un día muy largo. (Without you my frieeeend!)

***********

Desperté porque alguien me mojó con agua fría la cara. Oí a un chico reír. Abrí mis ojos al instante y vi a Hayes corriendo escaleras abajo.

—¡Yo a éste le mato!—bajé siguiendo al chico, pero él era mucho más rápido que yo.

Caí encima de él después de correr por la enorme casa.

—¿Qué vas a hacer ahora?—Se cruzó de brazos.

Ese pequeño gesto me recordó demasiado a Guille. Me levanté de él rápido y sequé una lágrima que había salido de mi ojo izquierdo.

"Dónde narices estás"—pensé.

—Buenos días, Ester—apareció Gilinsky de la nada—. ¿Ocurre algo?

—No  nada—dije poniendo la sonrisa más falsa del mundo—. ¿Quién prepara aquí el desayuno?

—Ester, cariño, son las dos de la tarde.

—¡¿Qué?! ¿Y Dani?

—Digamos que ha salido con alguien—me miró con una cara que me dijo todo.

—¡Johnson!—chillé mientras pegaba un saltito de alegría.

—¡Sí!—comenzamos a saltar juntos como dos fans locas, aunque él a su manera.

—¿Buenos días?—Apareció un Cameron salvaje en pijama.

—¿Estás en pijama?—preguntó Jack. ¿Es raro que lleve el pijama?

—Hay dos chicas en la casa. No quiero que estén todo el rato que no lleve camiseta sin quitarme ojo—dijo llenando un vaso de agua y guiñándome un ojo, a lo que me sonrojé.

—¿Dónde está Nash?—quiso saber Hayes.

¿De dónde había salido?

¡¡Aah!!

Antes de que me pusiera a llorar estaba peleándome con él.

—Ni idea—contestó Gilinsky.

—¡Yo lo sé!—gritó Matt bajando por las escaleras—. Se han ido a comprar cosas para una fiesta de bienvenida de las chicas o algo así.

—¿Todos?—preguntó Cameron asombrado.

—Todos menos Jack y Daniela—dijimos Gilinsky y yo a la vez.

—¿Y eso?

—Sincronización mental—dijimos otra vez chocando los cinco.

—En fin...

—Cameron... En fin no se le dice a un amigo.

—¿Quién lo dice?

—¿Tú? ¿Ayer? ¿A mí?—reímos.

—Me gusta tu sonrisa.—Nos acercamos más.

—Jack, Matt, mejor vámonos—dijo Hayes, que seguía presente junto a los otros dos.

—En fin—dije.

—En fin—dijo Cameron mostrando su perfecta dentadura.

Do it for the Vine (OldMagCon, Cameron Dallas) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora