Do it for the Vine (OldMagCon, Cameron Dallas) EDITANDO

Capítulo 2.

Cinco de la tarde, hora de bajar. Me puse un poco de perfume de frambuesa (que por cierto, odiaba con toda mi laif) y pegué un grito al aire anunciando que me iba. Bajé las escaleras como un rayo y llegué al portal, al otro lado estaba Dani esperándome con una gran sonrisa en la cara.

—¡Ester adivina qué!—dijo emocinada.

—Em... ¿Has decubierto que tienes un hermano mellizo que se llama Fred que dice ser un extraterrestre pero es un unicornio rosa que por la noche es Batman?—dije sin respiración.

—Sí—contestó con otra cara.

—¿¡En serio!?—abrí mis ojos emocionada—. ¡Quiero besarle y decirle que me lleve por el cielo azuuuuul!

—No imbécil.—Me dio una colleja floja.

—Eso me ha dolido aquí—dije señalando mi pecho, donde está el corazón—. Y aquí—sobé mi nuca.

—¿Quieres saberlo o no?

—Sí.—Sonreí enseñando mis dientes.

—Mira.—Me enseñó la pantalla de su móvil.

Cogí con cuidado el aparato entre mis manos y vi que estaba abierto en Vine, en su cuenta. Encontré arriba que en sus seguidores tenía... ¡Casi un dos mil! ¿4.000 Loops?

¿¡EL MUNDO ESTÁ LOCO O YO ESTOY COMIENDO VERDURAS!?

—¿Cómo?—dije incrédula. Y temblando, parecía un maldito flan.

—Les encantas.—Me enseñó que había subido unos diez vídeos, los que hicimos ayer.

—Dani...

—¿Qué?

—¿Soy famosa?—dije con algo de miedo.

—Somos famosas—rectificó cual diva.

Estuvimos toda la tarde aún flipando y grabando más vines.

Esto puede ser un comienzo de algo grande, ¿no?

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Pasaron dos semanas. Dani debía de volver a Londres a seguir con sus estudios. En todo este tiempo nos habíamos creado una cuenta compartida en Vine donde subíamos todos los vines. Teníamos casi un millón y medio de seguidores y un montón de loops en relativamente poco tiempo.
No había salido de mi barrio desde que empezamos con los vídeos, ya que estábamos de vacaciones de Semana Santa, por lo cual no sabía si era conocida aquí, en Getafe.

En el primer día de instituto volví a casa sola por la famosa calle Madrid. Más o menos por donde se encontraba Palacios (una famosa plaza del pueblo), un grupo de niñas de otro colegio me pararon y me pidieron una foto. Acepté y las niñas me dieron muchos abrazos.

Me encantaba eso de tener "fans", aunque nunca sabías lo que te podías encontrar... ¿algún pedófilo tal vez?

Ñe... No creo, además, si algún pedófilo se acerca a este bombonazo de mujer, le hago una llave de karate, aunque no sepa una ñorda de ese mecanismo de defensa.
Soy una diosa egipcia que hace movimientos suaves y rápidos pero no sabe cocinar. Voy a conquistar el mundo a base de bolsas de patatas fritas y plátanos 7u7. Okay... ya me relajo.

Semanas después mis padres quisieron visitar Madrid capital, y eso... Eso sí que fue una locura.
No todo el mundo me paraba pero muchísima gente me reconocía y yo no sabía del todo como reaccionar, aunque era la mejor sensación del mundo ver que por lo menos alguna de esas personas las había hecho sonreír en algún momento del día...

Era mágico, como mi pandycornio Bernardo.