C a p i t u l o: 6

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CAPÍTULO 6: "WILLKOMMEN, AGARES"

CAPÍTULO 6: "WILLKOMMEN, AGARES"

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L I L I T H

Terminé de peinar mi cabello, observándome frente al espejo. Sostuve la liga con mis dientes antes de darle las últimas vueltas. Deslicé la yema de los dedos sobre mi cuello, evitando que el pegamento de las cintas despegara las gasas. Había estado sanando los últimos días. Los antibióticos estaban ayudando.

—¿Cómo te encuentras?

Suspiré, ajustando el elástico del brasier deportivo.

—Agotada de oír la misma pregunta, una y otra vez.

—Eres nuestra líder —sonrió de lado, con su peso descansando sobre el marco de la puerta—, nos preocupamos por ti.

—Su líder está bien, Némesis.

Se incorporó y me extendió un manojo de papeles.

—Hades quería que te entregara esto.

Observé las hojas con desconfianza antes de tomarlas. Su semblante no se inmutó, sus pupilas no rozaron las letras impresas. Tomé una bocanada de aire, ocultando la importancia que quería darle al contenido de los análisis. Pasé las páginas con cuidado, calculando cada movimiento de mi pecho. No había nada inusual en ellos, no había nada sobresaliente.

Le devolví la mirada a Némesis, dejando los papeles sobre la mesa junto a mi cama.

—Todo en orden —murmuré.

—¿Irás a correr? Pensaba que podrías ser mi oponente para una carrera.

Rodé los ojos, sonriendo.

—Si insistes tanto en perder...

Nuestra atmósfera desafiante comenzó a desvanecerse con los gritos. Súplicas que provenían del corredor. No le pertenecían a Atenea o a Medusa, era un hombre. No eran de Asmodeo... No le pertenecían a Hades... Némesis estaba conmigo...

Me moví hacia el mueble junto a la cama de Atenea, sacando una pistola, lanzándosela a Némesis. En cuanto el metal tocó sus dedos, tomé la navaja escondida bajo mi almohada, asomándome por el umbral con cautela. Levantó el cañón hacia el pasillo, cubriéndome cOmo se lo pedí. Exhalé, deslizando mi espalda por las paredes, pisando en puntas de pie. El seguro tocando mi pecho, el filo expuesto, alerta. Nadie bajó por las escaleras, nadie se percató de los gritos.

—"Wolf..." —Moví mis labios hacia Némesis, observando la puerta de la oficina.

Estaba abierta.

Me hizo un asentimiento de cabeza para continuar, sin bajar la mira. Nos deslizamos hasta hacer contacto con la sala central, preparándonos para luchar. Mi pecho soltó el aire contenido. No había nadie allí, no había nada. Volví a hacer contacto con Némesis, asintiendo hacia la puerta, donde deberían de estar el resto de los guardias.

A N A R Q U Í A ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora