C a p í t u l o: 26

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CAPÍTULO 26: "RUSSISCHES ROULETTE"

CAPÍTULO 26: "RUSSISCHES ROULETTE"

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L I L I T H

—No te quiero cerca —susurré.

—Aléjate entonces, Lilith.

No podía, no era capaz de despegarme de sus labios detallados. Estaban demasiado cerca de los míos, mezclando el aire que exhalamos. El perfume inundando mis pulmones, deshaciéndome más de lo que me gustaría admitir.

Tenía que alejarme.

Lo miré a los ojos, disimulando el repiqueteo de mi pecho. El ardor sobre mi piel erizada.

Tenía que alejarme lo antes posible.

Arrugué la tela de su camiseta sobre mis dedos, atrayéndolo aún más, uniendo nuestras respiraciones como lo habíamos hecho antes, en algún momento que no podía recordar. Sus ojos celestes me estaban matando.

—No te soporto, Agares.

Su mano derecha acarició mi mandíbula, destrozando mi respiración, su palma izquierda atrayendo mi cuerpo hacia el suyo. Sus pupilas me estaban perforando.

—No dudes en que siento exactamente lo mismo por ti.

El garaje estaba demasiado oscuro. Un único foco nos iluminaba. Podía ver el reflejo en su iris y lo odiaba. Desenfundé la navaja y empujé su espalda contra uno de los vehículos, exponiendo su cuello contra el filo.

—Te mataré alguna vez, te lo prometo.

Su boca partió la mía, obligándome a soltar el arma. Podía sentir su pecho agitado, los latidos de mi corazón en cada extremo y la forma en la que su toque me quemaba. Estaba en todas partes.

La punta de mis dedos sentían sus músculos tensos y su piel ardiente cuando me aparté, con los pulmones aclamando oxígeno. Sus jadeos me nublaron mientras tomaba mis caderas y las dejaba sobre el capó frío del Mustang. Acariciando mis muslos, estremeciéndome.

—¿Puedo, Lilith?

Sus labios demasiado cerca de los míos, entreabiertos, suspirando. Su pulgar deslizándose sobre el inferior.

—Vuelve a preguntármelo.

Relamió su boca, sonriendo. No pude evitar hacer lo mismo.

—¿Puedo besarte?

Mis uñas cayendo por su pecho, por su piel desnuda. No recordaba en qué momento abandonó su camiseta, pero no podía estar más agradecida.

—Haz la pregunta y tomaré una decisión.

—Lilith...

—Es tu última oportunidad, cadete, o te haré pedírmelo de rodillas.

A N A R Q U Í A ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora