C a p í t u l o: 16

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CAPÍTULO 16: "¿QUÉ ES A LO QUE LE TIENES TANTO MIEDO, LILITH?"

CAPÍTULO 16: "¿QUÉ ES A LO QUE LE TIENES TANTO MIEDO, LILITH?"

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¿?

Lilith...

Lilith era magnífica.

La forma en la que conocía sus movimientos, sus lugares favoritos, qué perfume usaba. La forma en la que su sonrisa me volvía un animal..., la forma en la que me despedazaba lentamente. El hecho de que me moría por aniquilarla.

La niña inteligente sabía que la perseguían, que todos la deseaban. Miles de idiotas quisieron robármela desde un principio. Desearon arrancármela de las manos, pero me encantaba ver cómo los demás creían poder conseguirla, apresarla.

Solo yo tenía esa llave, la clave para manejarlos a todos. Hasta ahora, solo buscaba que se volviera indefensa otra vez.

Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que la tuve cerca, con sus ojos inocentes mirándome.

—¿Cuánto más quiere jugar?

Levanté la vista hacia la seriedad de sus ojos, observando cuánto quería mi respuesta.

—¿A qué viene esa pregunta?

Se encogió de hombros. Mi pierna subiendo y bajando, impaciente.

—Podrías tenerla ahora mismo —murmuró como si no le convencieron del todo sus propias palabras—. Podrías tenerlos a ambos en este mismo instante.

Tomé el cristal en el que había servido Whisky, veinte segundos atrás.

Quería volver a poner una mano sobre su cuello y estrangularla hasta que me pidiera por detenerme. Quería dañarla y verla llorar de dolor y agonía. Buscaba destruirla de maneras recónditos e invisibles, esas heridas que uno no percibe a simple vista. Eran todos aquellos nervios que la harían temblar y la atormentarían por el resto de sus días.

—¿Y qué tendría de divertido? —Giré el contenido del vaso, volviendo a su figura—. ¿Qué tendría de interesante y motivador tenerla ahora mismo? ¿Crees que tú y yo nos conocemos por casualidad? ¿No crees que quise que enlazaran un contacto, lejano al menos, por ello?

—Llevo tres años trabajando para ti.

—¿Y cómo te ha ido con eso? Tenías la cabeza enterrada en la miseria, pisando con cuidado para que no te mataran.

—Tres años buscando sobre ambos, y por fin tenemos mucho. Mucho más de lo que creías, por eso mi pregunta pasa por "¿qué más necesitas?"

—Mucho más —me reí—. Necesito algo que no comprenderías.

Así, aquella nueva versión del monstruo, me pertenecería.

A T E N E A

A N A R Q U Í A ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora