CAPÍTULO 12: "UNSICHTBARE WUNDEN"
L I L I T H
—Ponte el gorrito, Asmodeo —insistió Medusa—. Te verás tierno.
—¡Pero me da comezón!
—Ay, por Dios. ¡Es un momento!
La pelinegra tenía un viejo gorro de navidad en sus manos. Uno que solía decir que usaba en su adolescencia. El problema era que a Asmodeo le causaba una reacción alérgica, urticaria, y a Medusa le encantaba joderlo con ello.
Así eran nuestras Navidades.
—Bueno, si tú no lo quieres, se lo pondré a Hades.
—Oh, vaya, quiero ver eso —me reí.
Ella, mordiéndose el labio inferior, se puso de pie y escondió el gorrito en su espalda.
—¿Crees que esta vez la ahogue? —susurró Asmodeo.
—La última vez la inmovilizó en el suelo, ¿cierto? Pero me encanta ver cómo le late la vena en la frente.
Medusa simuló mirar el techo mientras caminaba cerca de Némesis y Hades. Ambos estaban jugando a las cartas, mezclando la baraja española. El primero presionó sus labios antes de que el gorro estuviera a milímetros de tocar el cabello de Hades.
—Me llegas a poner eso en la cabeza y te ahogaré en la nieve.
Asmodeo y yo nos fundimos en carcajadas. El gorro, segundos más tarde, llegó hasta la cabeza de su hermano. Medusa salió corriendo por la cafetería, dando vueltas por las mesas para que no la alcanzara. Las orejas de Hades estaban rojas, que junto al gorro, parecía un elfo de esos que vendían en el supermercado.
—¡Pero... Medusa...! —No podía dejar de reír.
—¡Eres mi nueva fantasía navideña, Hadecito! —sonrió Asmodeo.
Con sus ojos celestes, envueltos en rabia —y el gorrito rojo que se había caído de su cabeza como si quisiera escapar también— giró la cabeza cual muñeca endemoniada.
—¡No, no, no! —Asmodeo salió corriendo mientras las carcajadas no me dejaban respirar.
—¡Duendecito! —gritó Medusa, corriendo cerca de la puerta de salida.
—¡Medusa, no me jodas, que nos deja como cubitos de hielo! —se quejaba Asmodeo, dramáticamente aterrorizado.
—Los voy a matar —masculló el duende rojo.
Me paré, tomé el gorrito y se lo metí en la cabeza como una bolsa.
—¡Corran!
Nunca había gritado tan fuerte en mi vida mientras empujábamos la puerta de salida. Hades arrancó el gorro de su rostro —permaneciendo aún en su cabeza— y nos siguió hasta afuera, donde la nieve caía para congelarnos la punta de los dedos. Los cuatro estábamos pisando el hielo, tres escapando del tipo rojo que parecía derretir el suelo con una sola pisada.
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A N A R Q U Í A ©
Боевик☠️ ¿Qué pasaría si los mejores criminales del país trabajaran juntos por un fin desconocido? Sin embargo, todo oscurece cuando un nuevo propósito le da fin al mundo que creían conocer. Años atrás, el señor Wolf reunía a los seis nombres más buscados...