CAPÍTULO 42: "CIRCUS"
A T E N E A
Nunca había memorizado con tanta persistencia cada abolladura en las paredes del sótano. No lo había necesitado hasta ese momento. Comprendí el sentimiento que debió atravesar a cada persona que arrastramos aquí. Atrapada, a la deriva, sin saber qué sucedería al próximo movimiento.
Aunque, por suerte o maldición, lo supe. Lo había estudiado durante el entierro. En el proceso de desintoxicación. Las primeras semanas fui una rata de laboratorio, expuesta, sufriendo las consecuencias de mis decisiones. Aprendiendo a odiarlas, cumpliendo con el castigo, llevándome ansiolíticos a la boca hasta que no pudiera levantarme. Fue un infierno. La fiebre, la desesperación, la desesperanza. El insomnio, los temblores, las convulsiones.
La soledad.
Una de las últimas que recordaba, fue con Emmett. Me lo advirtió en ese entonces. No una, ni dos, lo hizo miles de veces. Intentó ayudarme y me molesté con él, al igual que con Medusa. Al igual que con todos los demás. Esa noche estuve tan asustada que no volví a consumir ni a dormir correctamente. Me devolvió recuerdos que no quería. Eros se deshizo de todo y de las personas que me la vendieron. Y luego lo mataron.
Y ahora estaba vivo.
Y nadie entendía cómo mierda logró hacerlo.
La puerta se abrió, desorientándome por completo. Abrí y cerré la boca al verlo, pasando saliva. Correr hacia él o rogarle que se fuera. Quizás mi cuerpo no tembló, pero mi pecho si lo hizo. En sus manos llevaba la misma bandeja que solían traer los guardias.
Exhalé con dificultad.
—¿Qué haces aquí?
Sus ojos se suavizaron, sonriendo aún más que su boca.
—¿Acaso no te alegras de verme?
Abrí y cerré la boca.
Pasé saliva.
Quería correr hacia él.
—Wolf va a matarte.
—No está aquí —negó con desdén—, aunque, según Agares, él sentenció que viniera. Quizás como agradecimiento.
Dejó la bandeja sobre la silla metálica y se acercó hacia mí. Mi corazón flaqueó, aterrado. No había visto a nadie desde que Wolf lo obligó a dispararme. La piel me hormigueaba, quise decirle que lo sentía, que cada noche que intentaba descansar, veía su rostro brilloso. Sus ojos borrosos la tarde de nuestra cita. Y la forma en la que lo arruiné por completo.
Ni siquiera recordaba cuántas pastillas me había metido ese día.
Aparté las lágrimas cuando lo tuve más cerca, sentado sobre el colchón delgado que me destruía la espalda. Dejando treinta centímetros entre nosotros. Sus ojos estudiaron todo lo que tenían al alcance, al igual que los míos. Su cabello despeinado, más largo, la barba que amenazaba con salir. Sus ojos cansados, las marcas debajo de ellos, el brillo en sus pupilas dilatadas.
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A N A R Q U Í A ©
Action☠️ ¿Qué pasaría si los mejores criminales del país trabajaran juntos por un fin desconocido? Sin embargo, todo oscurece cuando un nuevo propósito le da fin al mundo que creían conocer. Años atrás, el señor Wolf reunía a los seis nombres más buscados...