No sé en donde estoy. La cabeza me martilla y todo me da vueltas. Abro los ojos y mis alrededores se encuentran borrosos cuando lo hago. Parpadeo tratando de adaptarme a la luz y analizo a mis alrededores desconociendo mi paradero.
Me duele el cráneo y lo último que recuerdo son los rostros de Katie y J viendo como me desmayo.
Observo mi paradero y me doy cuenta de que no estoy sola. Estaba dentro de una habitación deteriorada rodeada de literas con paredes llenas de grietas y mujeres más pálidas que la nieve por todos lados. Algunas estaban llorando, otras se consolaba entre sí, habían varias que miraban fijamente a un punto inespecífico, unas vomitaban en el suelo, y cada actitud iba de mal en peor. Los estados físicos de estas chicas eran lamentables y parecían estar aquí desde hace mucho. Y eso provocó que un torrente de electricidad bajara por mi espina dorsal.
Intento levantarme del suelo, pero al hacerlo, el sonido de un metal golpeando algo me hizo girar a ver mi muñeca palideciendo. Estaba encadenada a una de las literas. Miro a mis costados para verificar que nadie se haya volteado a verme y por suerte todas permanecían concentradas en su propia agonía. Aprovecho la situación y busco la forma de como quitarme estos grilletes.
En ese momento, la puerta de madera del cuarto rechina fuertemente de una manera tan aterradora que me hace temblar. Ésta se abre y una chica de raza africana entra dando gritos desesperados, y detrás de ella, entró un hombre robusto con cara de bulldog furioso.
Todas las mujeres en la habitación buscaron ocultarse en algún hueco y analice sus percusiones confundida desviando mis ojos para ver nuevamente a la chica que había entrado antes y que ahora era golpeada por el hombre que la siguió; éste la insultaba al mismo tiempo en un idioma extranjero y la mujer llora aterrorizada mientras que el sujeto la lanza a una cama rompiéndole la ropa sin nada de pudor y violándola de una forma tan cruda frente a mis ojos.
Mi corazón late acelerado por el miedo cuando él la rompe al ponerla de espaldas de su cuerpo y las lágrimas gruesas de la chica se mezclan con las de sudor al caer al colchón lentamente.
Cierro los ojos. No quiero ver esto. Me trae pésimo recuerdos por culpa de Katie y los enmascarados.
—Puta—le espeta con tono áspero dejándola tendida en la cama sin energía y cerró la puerta con tanta fuerza que todo tembló.
Abro los ojos y noto como todas las demás en el lugar empiezan a rodear a la africana, a quien le comenzó a dar un ataque de epilepsia en medio de la habitación.
Todas parecieron entrar en pánico y asustadas, buscaban la manera de socorrerla. Se hallaban tan perdidas que me sentí mal y lo más probable es que ni siquiera sabían cómo ayudarla.
—Ponganla de medio lado—intervengo.
Todas se congelaron al escuchar mi voz y como si estuviera rodeada de caníbales, cada una posó sus ojos en mí. Una de ellas, la más alta que tenía cabello colorido, dio un paso en mi dirección.
—¿Qué dijiste?—pregunta ladeando la cabeza desorientada.
Me fijé en su iris de tono miel y volví a ver a la chica que tenía el ataque.
—Deben colocarla de costado o sino empeorará—repetí y la mujer de cabellos coloridos hizo una seña para que captarán mi orden.
Lo hicieron y la chica comenzó a derramar la espuma hacia el suelo y así ya no se podría ahogar con ésta.
Después de unos minutos se estabilizó y la ayudaron a sentarse cuando se sintió más calmada y el ataque terminó.
—¿Cómo lo hiciste?—inquiere la que antes me hablaba.
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The Circus of the Forest [Bilogía Circus #1]
Mystery / ThrillerAnastasia O'Day, una chica de 23 años que vuelve de sus vacaciones en Estrasburgo en automóvil, de nuevo a su ciudad natal, París. Cuando viaja por la carretera de Francia, un neumático se desinfla dejándola varada en la nada, sin señal telefónica...