Habíamos vuelto al circo y no logré escapar de las manos de estos idiotas. Mi misión fue una total decepción, pero al menos logré descubrir que hay un pueblo cerca de aquí, y si llego a encontrar su camino podré escapar para volver a París.
Mientras volvíamos al circo, Morgan se la pasó hablando por teléfono y me preguntaba ¿Cómo rayos es que tenía señal?
Él no pareció enterarse de que traté escapar, al parecer, desquitarme con Harry provocó que tuviera un poquito de piedad conmigo.
Cuando llegamos al circo, Morgan bajó inmediatamente dejándome atrás con los espantosos hombres con máscaras. Yo solo me limité a correr como un animalito asustado detrás de él.
Morgan colgó la llamada y entró a una habitación cerrándome la puerta en la cara, miré a ésta indignada cruzándome de brazos.
¿Qué se creía el muy infeliz?
Solté un bufido por lo bajo y me encamine a los alrededores del bosque, y por cada lado al que iba, había un guardia cuestien la esquina. Me sentí frustrada por un momento y opté por ir a donde se llevaban a cabo las funciones. Al llegar ahí, me encontré con varios enmascarados arreglando todo para la función y en medio de ellos había una chica dándole órdenes a los hombres. Todos parecían ajetreados y yo solo decidí quedarme mirando desde lejos.
La chica vestía un traje negro con corbata, jamás había visto una mujer que le quedara tan bien un esmoquin. Ella se pasaba continuamente un mechón de color rubio oscuro detrás de la oreja mientras dictaba las órdenes. Ella movía su boca de arriba a abajo dejándome ver su perfecta dentadura blanca.
Cuando la mujer terminó de darle unas órdenes a algunos de los enmascarados, suspiró con pesadez mientras se frotaba la sien. Ella volteó en mi dirección e instintivamente me escondí detrás del telón. La chica pareció rodar los ojos y comenzó a dar varios pasos hacia mi dirección.
—Sé que estas ahí—comentó con obviedad—ya sal—exigió tomándome del brazo y obligándome a salir.
Salí de mi escondite a tropezones y al estar frente a ella cabizbaja, empezó mirarme de arriba a abajo desdeñosa. Hizo una mueca de como si algo en mí le hubiera desagradado y abrazó con fuerza contra su pecho la carpeta que tenía entre manos.
Reconozco a esta chica, ella era la mujer de acero, la que cargo dos camiones llenos de carga con tan solo una cuerda.
—Entonces tú debes ser Anastasia O'Day—dedujo observándome con algo de recelo—soy Katie Sandwina—se presentó soltando un resoplido—ahora—comenzó a hojear las hojas de su carpeta—a ti te tocará salir a las diez, luego de la función—informó seria.
—Lo siento, pero ¿Cómo que después de la función? Creí que participaría con ustedes—cuestione confundida y pude notar como una sonrisa burlesca apareció en sus labios.
—¿En serio creíste que estarías en nuestro show?—preguntó y luego una risa absurda escapó de sus labios—no te creas tanto niña bonita, tú simplemente eres un cebo—me palmeo el hombro con un puchero falso e infle mis mejillas avergonzada.
—Sí, sé que sería un cebo, pero específicamente ¿Qué haré yo?—consulté.
—Solo te encargaras de ser la atracción de nuestros clientes—explicó volviendo a leer las hojas de su carpeta.
¿Atracción de nuestros clientes?
—Ahora si me disculpas, debo seguir preparando todo para esta noche. Si lo hago todo perfecto tal vez Morgan esté orgulloso de mí—vociferó con emoción y la miré extrañada.
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The Circus of the Forest [Bilogía Circus #1]
Misterio / SuspensoAnastasia O'Day, una chica de 23 años que vuelve de sus vacaciones en Estrasburgo en automóvil, de nuevo a su ciudad natal, París. Cuando viaja por la carretera de Francia, un neumático se desinfla dejándola varada en la nada, sin señal telefónica...