🎪Chapitre XXXVII🎪

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En los cuentos infantiles los villanos siempre terminan perdiendo y los héroes ganando.... Es una pena que esta sea la vida real.

Veo su silueta tras la llama creciente y su mirada verde y frondosa me analizan con incertidumbre y pena, para que de pronto, las lágrimas brotasen de sus ojos a raudales.

Me veía decepcionado y dolido por la forma tan atroz y fría con la que me comporte, pero él no conocía por todo el sufrimiento que pasaba al hacer esto.

Varios enmascarados corren a socorrer a los chicos del circo y uno de ellos viene por Morgan, pero éste no cede y se mantiene de pie tras el fuego viéndome sin reconocerme.

Bajo la cabeza apretando los puños y me doy vuelta en tanto Jakob se acerca a su hijo para tomarlo de los hombros.

—Debemos salir de aquí, el lugar se está incendiando—le pide y el azabache no da indicio de captar su orden—Morgan....

El nombrado mantiene sus pupilas clavadas en mi cuerpo y con los labios temblorosos habla.

—Ella dijo que no me abandonaría como lo hizo mamá—murmuro en un hilo de voz y mi corazón se rompió.

Me quebre en un llanto silencioso dándole la espalda y miré sobre mi hombro para observar como Jakob lo obligaba a dar vuelta y lo alejaba del incendio. El hombre antes de irse me dio una sonrisa llena orgullo y Morgan a punto de pasar el umbral de la salida del circo, me miró con una expresión de fraude y desaprobación.

—En serio lo siento—solloce y mi vista viajó a la salida de emergencias que era por donde escaparía.

El fuego se vuelve purificador de mi alma y destructor de lo único que me hizo feliz.

Me encuentro rodeada de llamas que se alzan y puedo oler mi propia carne volviéndose polvo. Dicen que te mata la asfixia antes que el dolor y el infierno.

Las cenizas vuelan y mi respiración se dificulta. Voy escalera arriba por la salida de emergencias y salgo directo al camino en donde antes los guardias resguardaban con sus almas, pero que ahora con el incendio fueron a socorrer a sus superiores.

Una buena distracción, Jakob.

Todo para que me dejarán la salida de los autos libres.

A unos metros oigo pasos y después el sonido de un golpe seco, como si hubieran golpeado una pared.

—Maldita sea, como duele—la voz de Morgan me atrapa; está llena de impotencia y decepción.

—Tranquilo, Morgan—pide Jakob tratando de calmar al hombre que ahora me provoca sollozos que debo ahogar.

—Tenías razón—murmura bajando la cara—la persona a la que creí conocer resultó ser a la que menos conocía.

Creo que si me sacarán el corazón del pecho, ardería menos que esto.

—Tú fuiste el único que realmente me conoció—musité viendo su espalda mientras me alejaba del circo que se convertía en cenizas en tanto se veía rodeada de una tempestad roja.

Me adentro al oscuro y nublado bosque y ahora sí, todo empieza a salir. 

Las lágrimas son imparables y las entrañas se me desgarran cuando me abrazo a mi misma sintiendo frío al rodear el lugar en donde antes sus brazos acostumbraban a estar.

Mis gritos de dolor resonaron por el nebuloso bosque haciendo que los pájaros salieran despavoridos de sus nidos.

Ni el insoportable frío del invierno podía congelar la aflicción que estoy sintiendo.

The Circus of the Forest  [Bilogía Circus #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora