Última Batalla de Roma | [Roma #3]

Capítulo 15

En algún lugar de la palabra se lucha cuerpo a cuerpo para sobrevivir
—María Cinta Montagut.

ALEC

—¡Es inaceptable!, Bruno es el presidente de esta empresa y lleva dos semanas sin venir.

—¿Y qué quieres que haga yo? —respondo conservando la calma ante sus gritos—. Bruno no solo es el presidente, también es tu hijo y ni siquiera te has tomado la molestia de averiguar por qué no viene.

—Dijiste que estaba enfermo, no necesito saber más, lo que necesito es que pare su culo flojo de la cama y venga. Tanto quería ser el presidente y ahora deja mi proyecto a medias, ¡estaba aprobado por todo el concejo.

—Lo sé, mira, Bruno no dejó tu proyecto a medias, lleva dos semanas reportándose como enfermo porque así lo está, yo soy el vicepresidente y me estoy haciendo cargo de todo lo que dejó en pausa, pero tienes que entender que estoy lleno de cosas, yo tenía la agenda a tope y aún así estoy respondiendo por Bruno, solo dame tiempo, un par de días para cerrar los proyectos que estaban antes del tuyo.

Suspira —Solo un par de días, Alec. Tengo clientes que me están presionando.

—Todos estamos en lo mismo, tú tranquilo, por mientras encárgate del proyecto Génesis, hace dos semanas despedí a un incompetente y mi secretaria buscó a alguien nuevo, al parecer hace bien las cosas y ya está casi listo, te envío todo vía correo electrónico.

—Esta bien.

—Bueno, no es mi intención echarte —claro que lo es, no lo soporto y debo ser educado por mi cargo—. Pero debo trabajar, treinta minutos de mi tiempo valen miles de dólares y aquí sentado sin producir no gano.

—Narcisista —murmura poniéndose de pie.

Decido omitir su comentario porque no me importa discutir, yo sé cuanto vale mi tiempo y no está pagando por él.

Como dije, han pasado dos semanas en las que Bruno se a reportado como enfermo y no a venido a trabajar, pero ¿que puedo hacer yo?, hace dos semanas se quedó soltero por ser un infiel y no saber mantener la bragueta cerrada, dos semanas de que Allison se fue de la casa y dos semanas en las que no he podido ver a Isa, estoy repleto de trabajo, solo logro dormir tres o cuatro horas y sigo trabajando.

¿Bruno enfermo?, enfermo de ebrio, de rabia y de depresión, pero no puedo decirle a nadie, tengo que vivir aguantando a un puto ebrio y no tengo derecho de quejarme, él me a aguantado de peores maneras y por mucho más tiempo, por eso y porque es mi hermano, lo apoyaré hasta el final, a pesar de que la haya cagado hasta el fondo.

Mi consuelo es que Allison está en la casa de los padres de Isa, que esté viviendo temporalmente con su mejor amiga le dará fuerzas y entre ellas se apoyan, solo lamento no poder estar para ella como ella estuvo para mi, pero si no me hago cargo de la empresa esto sería un puto circo.

Paso todo el día trabajando y la noche se hace presente, no es para nada justo, pero la vida no es justa. Las acciones de las empresas Prada van en ascenso cada día, todos quieren ser parte de ellas, tanto como trabajadores o inversionistas, todo el mundo quiere una propiedad con el sello Prada y no puedo dejar que se pierda el prestigio que Bruno se ganó a pulso, mucho menos cuando estamos apostando alto con el proyecto de las vegas, eso cada vez va tomando más forma.

Escucho dos golpecitos en la puerta y levanto la vista de la pantalla.

—Adelante —concedo.

La puerta se abre y Andy entra. —Señor, le venía a avisar que ya me voy, terminé todo lo que me encargó de último momento.

Asiento —Bien, hasta mañana.