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Puerto Rico listo para regresar a mi país, el negocio había salido excelente y sonreí al ver los documentos firmados una vez sentada en mi asiento.

-      ¿Una copa de champan? – me ofreció mi nerviosa e ineficaz asistente Sandra.

-      Gracias, de verdad estoy sedienta- La mire molesta.

-      Enseguida se lo traigo- se retiro, la mire irse pensé que cuando llegáramos iba a despedirla y conseguirme a alguien mejor.

Toque mi anillo y después mi pulsera en mi mano derecha decía mi nombre Rachel en dorado había sido un regalo muy especial para mi, todos estos años había luchado por mis sueños enfrentándome a muchas adversidades pero aun si salí adelante ahora soy una excelente empresaria y voy  creciendo hasta las alturas, toda mi vida no podía ser mas perfecta.

Ahora emprendía un nuevo rumbo en mi país, solo esperaba que las cosas salieran perfectas y de hecho hasta estaban haciendo bien mientras bajaba mi mirada a los documentos firmados y sellados era dueña de varias empresas en Puerto Rico había tardado mucho en conseguirlo pero lo logre, soy mas millonaria que hace una hora... Me quite mis lentes de marca y peine mi cabello con mi mano.

-      Aquí esta su champan, señorita.

-      Muchas gracias- tomando la copa- ¿A que hora despegamos? No quiero llegar tarde, tengo una cena importante.

-      Ya mismo vamos a despegar, no se preocupe.

Mire por la ventana el tiempo estaba un poco nubloso pero estaba llegar antes de que se aproximara una tormenta.

Vi el indicador arriba de mi asiento así que me coloque el cinturón de seguridad y el avión comenzó a moverse, unos segundos después estábamos en el aire... Saque mi laptop y abrí mi correo.

"Logre el contrato, así que comienza a enfriar la champan para celebrar llego en una hora."  Escribí y luego lo envié, cuando el avión empezó a moverse bruscamente, me puse nerviosa y mire a la ventana el cielo estaba oscuro apenas era la una de la tarde al ver mi reloj.

-      Oh Dios- dije aferrándome a la silla y la copa se cayó al suelo rompiéndose, el avión comenzó a agitarse aun más fuerte, cerré los ojos por unos minutos rezando a que todo pasara.

-      Por favor, no desabrocharse el cinturón de seguridad estamos pasando por una turbulencia, tengan calma pronto pasara- dijo el piloto, pero mire a mi asistente estaba peor que yo.

La llovía golpeaba con fuerza mi ventana, podía ver los rayos que pasaba cerca del ala, escuche varios gritos y cerré los ojos con fuerza, me había dado cuenta que era yo quien gritaba del miedo.

El avión estaba cayendo en picada, solo rezaba para que pudiera sobrevivir.

-      Bueno, Judith tu embarazo va perfectamente- le dijo el doctor a la paciente que estaba en su octavo mes de gestación- será un niño muy fuerte y sano.

-      Gracias, doctor Miller usted es un ángel, por eso a mi hijo lo voy a llamar Ethan en un honor suyo.

-      Y ¿eso por que?- sonrió.

-      Por que salvo a mi esposo Julián cuando lo mordió esa culebra venenosa y me ayudo a mi cuando casi pierdo a mi bebito- tocando su vientre.

-      Ese mi trabajo Judith salvar vidas- dijo Ethan aun sin dejar de sonreír, luego mas tarde se despidió de su paciente.

-      Doctor, habido un accidente aéreo- dijo la enfermera Penelope entrando al consultorio con la respiración agitada de haber estado corriendo.

-      ¿Un accidente?- repitió asombrado- ¿Algún herido o...?

-      Bueno los pescadores, encontraron a dos personas.. Una mujer y un hombre, uno de ellos muerto.

Justamente los pescadores traían a la mujer y la colocaron en la camilla.

-      Esta sangrando mucho por su cabeza- dijo uno de los hombres.

-      Debe haber sufrido una contusión, enfermera prepare el quirófano por favor... Muchas gracias,  yo me encargo de la situación y si consiguen a mas victimas informarme- le dijo a los pescadores.

-      Seguro que si, doctor.

Me quede solo con la joven herida y estaba asombrado de lo bella que es ¿acaso me había vuelto loco?  Seguí mejor con mi papel de medico revise sus signos vitales y chequee el golpe en su cabeza, también tenía varios moretones, raspones en los brazos, piernas y su barbilla.

-      Es un milagro que hayas sobrevivido- dijo y mi mirada bajo a su brazo derecho, lo levante cuidadosamente leí la inscripción en su pulsera- Te llamas Rachel, que bello nombre.

Rachel Mcadams es la protagonista de esta historia es la de la foto del multimedia :)

Cambiando El Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora