Judith se asusto mucho y Rachel trataba de calmarla.
- Necesito velas o una linterna no veo casi nada- pidió Ethan al esposo de Judith enseguida salió corriendo a buscarlo.
A pesar que eran las 8 de la mañana parecía que aun estuviera oscuro afuera, la lluvia se había vuelto mas fuerte los arboles chocaban uno con el otro haciendo un sonido espantoso y la brisa golpeando las ventanas.
- Puja Judith tienes que hacerlo cada vez que viene una contracción, pujas con fuerza- le indicaba el doctor Miller.
- Esta bien- dijo agitada e hizo lo que le indico.
- Ayúdame aquí, Rachel. - Le pidió Ethan.
- No creo que... - Dice asustada.
- Necesito tu ayuda- aunque tenia miedo se acerco a Ethan, toda aquella experiencia estaba siendo abrumadora para ella.
Regreso el esposo de Judith con la linterna y se la dio a Rachel.
- Regrese mi amor- le dio un beso en la frente y le sostuvo la mano en todo el proceso del parto.
Unos minutos después, se escucho un fuerte llanto, Rachel se le aguaron los ojos al presenciar el milagro de la vida, Ethan tomo una de las mantas y cubriéndolo, Judith lo había hecho excelente e igual que el medico.
- Limpialo con cuidado- le pidió a Rachel, tomo una toalla limpio al recién nacido que no dejaba de llorar.
- ¿Cómo esta?- pregunto la madre.
- Sano, es un niño hermoso Judith- le reitero Ethan, Rachel cargo el bebe en brazos y se lo entrego a su mamá.
- Muchas felicidades a los dos- le dijo aun con las emociones a flor de piel.
- Gracias a ustedes- dijo el emocionado papá miraron con orgullo a su primer hijo.
- Es perfecto ¿verdad?- le dijo a su esposo.
- Si, mejor de lo que creí.
- ¿Cómo lo van a llamar?- pregunto Rachel.
- Ethan, como el doctor eso lo habíamos decidido hace tiempo.
- Gracias por ponerle mi nombre a su hijo- sonrió emocionado.
- Mas bien le debemos mucho, gracias- El hombre abrazo a Ethan.
Ethan y Rachel salieron de la habitación, Judith le estaba dando de comer al bebé aun tenia a otros pacientes que ver.
- Estuviste maravilloso allá adentro- dijo Rachel admirándolo.
- Es mi trabajo aunque no soy obstetra pero en esta isla me toca hacer ese tipo de cosas, además me encanta- sonrió.
- ¿No es el primer parto que tienes?
- No, es el quinto.
- Wow, ahora si me has dejado sin palabra.
- Tu también estuviste increíble, pensé que te desmayarías estabas pálida con la cabeza del bebé comenzó asomarse- dice riéndose mientras envuelve su brazo alrededor de sus hombros y le da un beso en la frente.
- Es que nunca había visto algo así, es no se... como describirlo voy a tener esas imágenes para siempre en mi cabeza.
- Cuando tengas nuestros hijos vas a vivir esa increíble experiencia. - Esta vez besa sus labios y Rachel lo mira sorprendida.
- ¿Nuestros hijos?- los ojos se le iluminaron.
- Claro, algún día espero ser papá.
- ¿Quieres tener hijos conmigo?
- Pues si ¿con quien mas?- sonrió mientras le daba un pequeño beso- mejor regresemos al consultorio.
Después del nacimiento del hijo de Judith, el día fue menos agitado no fue mucha gente por causa de las lluvias la mayoría de los pacientes presentaba fiebre, tos, gripe o dolores de cabeza, Ethan se le estaban agotando algunos medicamentos.
- Nos estamos quedando sin medicinas- dijo preocupado viendo la despensa- La próxima carga no llega hasta a final de mes, con esta temporada de huracanes ningún barco o avión pueden venir aquí.
- Pero ¿no hay suficientes hasta el fin de mes? - Lo mira con preocupación.
- Puede que si, pero muchas personas están enfermando por las lluvias no quiero que se convierta en una epidemia.
Pasaron cinco días, las lluvias seguían en Isla Cristal las medicinas estaban escaseando eso le preocupaba mucho al doctor Ethan.
Se levanto de la cama pero no se sentía nada bien, volteo a mirar a la mujer que dormía a su lado, su cabello sobre la almohada y su espalda desnuda.
No pude con la tentación y volví acostarme junto a ella, la bese una y otra vez en la espalda, escuche levemente su risa que me encantaba.
- Que rico se sienten esos besos por la mañana- dijo ella volteándose para mirarlo.
- Nada mejor que despertar contigo- La beso apasionadamente pero cuando se estaba calentando las cosas, comenzó a estornudar y le dolía mucho la cabeza.
- No me digas que estas comenzando a enfermarte- Tocándole la frente- Dios mío estas prendido en fiebre, Ethan.
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Cambiando El Destino.
General FictionEthan Miller es un médico muy importante en su pequeña ciudad en realidad era el único porque solo había un hospital, su enfermera y él se encargaban de todos los pacientes hasta que un día en una terrible tormenta una avioneta se estrello en el mar...