#22

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Rachel estaba en el aeropuerto con Gustavo.

-      No tienes que sentir miedo- veía el terror en los ojos de Rachel  mientras se acercaban al avión- voy a estar a tu lado protegiéndote.

La ayudo a subirse al avión, ambos se sentaron juntos.

-      ¿Mejor?- le pregunto.

-      Si, es que no se de pronto sentí algo de miedo.

-      Es normal, sufriste un accidente aéreo.

-      ¿Por qué estaba en Puerto Rico?- le pregunto mientras se preparaban para despegar.

-      Estabas cerrando un negocio muy importante,  iba a de regreso recuerdo que me escribiste un email diciéndome que colocara la champaña a enfriar porque todo te había salido bien.

-      ¿En que trabajo?

-      Eres empresaria, Rachel.

-      ¿Cómo me apellido?

-      Tu nombre completo es Rachel Susanne McAdams pero tu apellido de casada es Woods.

Aun tenia muchas preguntas, pero el cansancio le estaba ganando quería dormir un rato toda la noche no había podido y después de lo que había pasado con Ethan menos, solo había pasado unos minutos y lo extrañaba demasiado.

Por otra parte, Ethan estaba atendiendo a otro paciente un niño de 3 años que estaba en engripado.

-      Solo tiene que tomar este remedio dos veces al día, seguramente se podrá mejor en unos cuantos días- le dijo a la madre y le entrego la receta.

-      Gracias doctor Miller- después de despedirse de su paciente, se sento en su silla apoyando la cabeza en el respaldo y cerro los ojos, imaginándose a Rachel aquel día que fueron a la isla desierta había sido tan especial y maravilloso ahora solo era mas que un recuerdo.

-      ¿Ethan?- entro Penélope- ¿estas bien?

-      Si, pasa... ¿Qué haces aquí? pensé que no ibas a volver.

-      Lo se, pero ahora que se fue Rachel necesitas ayuda y quiero regresar, si quieres.

-      Por supuesto, estaba seguro que volverías Penélope.

-      Me conoces bien- sonrió- se que estas triste por la partida de Rachel pero algún día tendría que pasar, quiero que sepas que aquí tienes una amiga por si deseas hablar.

-      Muchas gracias, lo tomare en cuenta.

-      Dejo solo, iré a mi oficina a ponerme al día con las citas.

Un día después.

Rachel llego a su país, todo le parecía tan extraño nada le recordaba su antigua vida se sentía desubicada.

Al menos Gustavo le explicaba y le hablaba cosas sobre sus recuerdos tratando de ayudarla.

-      Llegamos a nuestra casa- la ayudo a bajarse del carro.

-      ¿Esta es nuestra casa?- impresionada de lo grande que era- ¿Somos ricos?

-      Pensé que te habías dado cuenta- sonrió- mejor entremos, tal vez cuando veas las fotos puedas recordar algo.

-      Es buena idea.

Cuando entro en su casa, todo estaba decorado de una forma muy elegante y sofisticada sin duda como gente rica.

-      Wow, que hermoso esta todo.

-      Claro, la decoraste tu – le dijo Gustavo- cuando nos casamos, te enamoraste de este lugar.

-      Es impresionante, de verdad me encanta tengo buenos gustos- sonrió encantada, el piso era de cerámica blanca y reluciente, los muebles blancos y cojines cafés con destalles en verde.

La cocina cuando entro se enamoro por completo, era de azul cielo con blanco... La casa es sumamente preciosa.

-      Ahora te llevare a nuestra habitación.

Aquellas dos palabras sonaron de forma tan intima que Rachel se sintió incomoda mientras subían por las escaleras.

-      Me gusta- la cama era enorme con una colcha blanca, la habitación estaba pintada de blanco con verde y tenia un enorme balcón, Rachel se asomo el patio había una enorme piscina.

-      ¿No recuerdas nada?

-      No en realidad- Gustavo saco un álbum de uno de los cajones.

-      Tal vez esto te ayude- entregándoselo, Rachel se sentó en la cama comenzó a ver las fotos de su boda.

Lucia un hermoso vestido en forma de sirena en blanco con algunas piedras de brillantes y un gran velo.

En aquellas fotos lucia tan feliz y enamorada tomada de la mano de un sonriente Gustavo ¿Cómo no podía recordar esos momentos?

-      Te dejo sola por unos minutos, tengo que hacer una llamada.

-      Esta bien- dijo mientras seguía viendo las fotos, después de mirarla el álbum y se levanto abrió el armario, quedo impresionada de la cantidad de ropa que tiene.

Había caído la noche en la Isla Cristal, cuando los pescadores terminaban la jornada se iban a beber algo al bar de doña Martha, Ethan esta sentado en la barra tomando sin cesar cosa nunca hacia pero hoy todo le valía poco.

La mujer de su vida se había ido para siempre por su culpa y ahora quería arrancarse de la cabeza pero sobretodo del corazón a punta de alcohol.

Cambiando El Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora