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Soobin se encontraba en la sala de espera fuera de la habitación de Jake

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Soobin se encontraba en la sala de espera fuera de la habitación de Jake. La cortada había sido lo suficientemente profunda para necesitar donación de sangre, tuvieron que saturar la herida y, lamentablemente, esta dejaría una cicatriz en ambas muñecas de su amigo. Sunoo se encontraba dentro de la habitación, él también estaba destrozado viendo el estado tan deplorable del chico. Lo único que quería era que la noche llegara y que Jaeyun por fin despierte. Soobin quería explicaciones, pero el mismo sabía que obligarlo a hablar solo empeoraría la situación.

Situación que se complicó más cuando escuchó unos pasos y entonces, ver entrar a varios hombres de seguridad en traje. ¿Qué estaba haciendo aquí Sunghoon?

Los hombres en traje lo saludaron, Soobin los conocía, había trabajado con ellos. A quien no reconoció fue a quien hace unos meses era el gran Park Sunghoon, rey de Corea del Sur. Lucía cansado, como si hubiera corrido una maratón. No usaba muletas, pero claramente se le veía que sus heridas habían sanado aunque esa venda que apretaba su costado izquierdo era fastidiosa. Sin embargo, Park no bajó la cabeza cuando lo vio, tenía una mirada suplicante, queriendo respuestas sobre la persona que estaba dentro de esa habitación.

- Soobin, me alegra verte. - habló formal y, como siempre, guardando las apariencias.

- Necesito hablar contigo a solas.

- No. - incluso cuando no lucía como un rey, su actitud siempre era la de uno. - Primero entraré a ver a Jake.

- Tú no vas a entrar aquí. - Choi dio una mirada a los guardias, estos conociendo que Soobin no era ninguna amenaza, se alejaron cuidando así las entradas de aquel sexto piso del hospital. Sunghoon esperó que todos se dispersen para recién hablar.

- Permiso. - fue lo único que dijo, sin embargo Soobin le impidió entrar.

- Nos vas a entrar. No tienes derecho a estar aquí.

Sunghoon soltó una risa amarga. - Soy su esposo.

- Y yo soy su psicólogo. Tu presencia solo va a desestabilizar la estabilidad de Jake. Si ve que estas vivo lo más probable es que tenga otra crisis.

- No necesito tu opinión, si se tiene que enterar de mi existencia será a través de mi mismo. No de ti.

- Lárgate.

- No lo haré.

Choi sintió una cólera profunda salir desde dentro de su cuerpo. - Eres un egoísta. No entiendo como Jake te ama. Eres una basura, por tu culpa cambio su vida. Tú tienes la culpa que él este en esa cama, tú y tus aires de grandeza. Serás un buen rey con su pueblo, pero con tu familia no eres nada.

- Tú no tienes derecho de opinar sobre mi relación con Jaeyun.

- ¡Sí lo tengo! - la voz de Choi alertó a algunos hombres de seguridad que poco a poco se acercaron. - Yo fui quien consoló a Jake cuando lo chantajeaste y lo trataste como si su vida no tuviera valor. Entonces, oh sorpresa, llega a amarte y de pronto te mueres, queda en espera y tu padre mata a su hijo. ¿Qué esperas? ¿Que te espere con los brazos abiertos?

El Último Rey. Sungjake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora