Connor
La observo dormir, creo que ya estoy bordeando el acoso, porque no he dejado de hacerlo desde que se metió en mi cama en medio de la noche. Ni en el mejor de los sueños me imagine que todo iba a terminar de esta manera.
Por un momento creo que nunca me perdonaría, pero finalmente lo hizo… siempre lo hace… no sé cómo o porque siempre logra ver más allá de mis traumas, de mis celos, de mis mentiras…
-tienes que dejar de observarme –su voz suena algo amortiguada ya que habla pegada a mi pecho, me besa justo en donde mi corazón late y hace que me olvide de todos los problemas que nos rodean.
-no hay nada mejor que ver en esta habitación
-mentiroso, además lo hiciste durante toda la noche, no dormiste nada.
-tenia que recuperar el tiempo perdido ¿tu, no? –otra vez mi inseguridad saliendo a la luz, la noto sonreír contra mi piel. Está pensando lo mismo que yo.
-al parecer es cierto, a los hombre se los conquista por la vista mientras que a las mujeres por los oídos, por que escuchar tus latidos y la forma en la que susurrabas que me ambas mientras me acariciabas mi rosto era mejor que observarte.
La abrazo mas fuerte contra mí, mientras acaricia mi espalda –apenas esta amaneciendo, duerme un poco.
-así estoy bien –el sueño me está empezando a ganar la partida y las suaves caricias de Max no están ayudando a mantenerme despierto.
Esta vez me despierto por la sensación de vacío que hay en mi cama, extiendo mis brazo pero no dan con nada -¿Max? –nadie responde, sabía que era demasiado bueno para ser verdad, lo debo de haber soñado.
La puerta de la habitación de abre y Max entra con una bandeja en la mano, lleva puesta mi camisa, esa misma que le había preparado el día anterior y ella rechazo -¡te despertaste! Nos pedí el desayuno, un poco de todo.
Necesito sentirla, saber que es real y no mi mente jugándome un truco, me pongo de pie y lentamente me acerco ella, mientras me dice todo lo que se encuentra en esa bandeja yo no dejo de mirarla, extiendo mi brazo y coloco ese mechón de pelo que siempre cae en su rostro, Max me sonríe pero me mira como si no entendiera que pasara
-¿pasa algo?
-estas aquí, es verdad, me perdonaste –tomo la bandeja y la deposito en una pequeña mesa, luego tomo a Max por su cintura y la beso, sus manos rodean mi cuello y ambos gemimos cuando nuestros puntos mas sensibles se rozan
Mis manos se van a sus caderas comienzan a subir llevándose la camisa en el camino, ella levanta sus brazos y me facilita el trabajo.
Parecemos desesperados, nuestros besos son intensos y nuestras manos no se pueden quedar quietas, pero una vez que la tengo desnuda frente a mi comienzo a tomarme mi tiempo, el miedo de que esto siga siendo un sueño me hace querer extender cada minuto que la tengo conmigo.
Lentamente nos voy guiando hacia la cama, la dejo caer sobre el colchón y me propongo besar cada centímetro de su piel. Empezando por su cuello. Puedo sentir sus pulsaciones y el aroma a fresas de su perfume, me tomo mi tiempo y memorizo cada detalle
Las manos de Max toman mi rostro, ambos nos miramos a los ajos –te amo –quiero decírselo pero me lo impide –estoy aquí y no me voy a ningún lado, ahora ¿podrías hacerme el amor?
No fue necesario que me lo pidiera dos veces, lo hice…lo hicimos.
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Serás Mi Luz (segunda temporada de Seré Tu Sombra)
RomanceMe rompió el corazón Se quedo con mi empresa Traiciono mi confianza Y todavía no puedo dejar de amarlo. Mi deseo de venganza me acerco a ella Su amor me devolvió la confianza en mí mismo Un secreto me obligo a lastimarla. Esta vez se acabaron los se...