𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 (𝖲𝖾𝗏𝖾𝗋𝗂𝗎𝗌)

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La mejor manera de librarse de una tentación es ceder ante ella.

—Oscar Wilde

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—Vamos, Black...deja de seguirme

—No, hasta que me escuches, Verus

—Deja de decirme Verus

—Pero suena tan bien— dijo apresurando su paso para quedar a su lado

Severus cansado de súplicas dejó de caminar y se volteó a ver al más alto —Habla — ordenó y vio como en el rostro de Sirius una cautivante sonrisa se plasmó en su rostro y cuando sucedió eso sus piernas flaquearon

—Ven conmigo, este fin de semana a Hogsmeade, podríamos dar un paseo y...

—¿Qué pretendes?— estaba desesperado y confundido

Sirius lo vio a los ojos y suspiró rendido, ya no podía más —Mira...sé que he sido un idiota de los más idiotas, con esa foto algo en ml cambió, recuerdos llegaron y sentimientos también, quiero remediar lo que he hecho. Sólo quedan dos meses para terminar el año y quiero iniciarlo de la mejor manera— miró hacia abajo algo que sorprendió a Severus—...quiero tu perdón, Verus, quiero que volvamos a tener esa relación cuando teníamos cuatro años

—Black...

—Déjame terminar. Por favor...se que es muy difícil para ti por todo lo que te he hecho pero te lo pido, dame una oportunidad, dame la oportunidad de ganarme esa segunda oportunidad. Con esa foto yo esperaba encontrar a la persona a mi lado, hacernos amigos de nuevo y tomar un café —alzó los hombros restándole importancia— pero encontré algo mejor, estaba buscando algo bueno pero descubrí algo mucho mejor...te encontré a ti, Verus...tú eres mi Serendipia

—Dijiste mucho la palabra "oportunidad"

Sirius sonrió un poco —¿Sí...?

Severus pensó por unos largos segundos, no estaba seguro pero algo lo incitaba a decir que "sí" pero su parte racional le gritaba que huyera lejos de las garras de ese león y de mudara de país.

—Por favor— suplicó Sirius haciendo un puchero

—Sí...yo...sí

Sirius sonrió de la manera más larga y sincera —¡Juro que no te voy a decepcionar! ¡Ya no más! — dijo emocionado y le dio un beso en la mejilla para luego salir corriendo dejando a Severus más pálido de lo normal agarrando su mejilla besada.

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—Entonces conseguiste una cita con Snape

—No es una cita, Moony...es una salida de amigos

—Una salida de amigo que se haga cita— le dijo Remus picando a Sirius

—No sé...si él quiere será una cita sino iré lento, enserio quiero esto, quiero su perdón

—Sirius, no es por arruinarte nada pero ¿te has puesto a pensar en James y Peter? A ellos no les agrada Snape

La sonrisa de Sirius se achicó un poco y pareció pensarlo seriamente. Quería estar con Verus...era lo que su corazón le gritaba pero no quería perder a sus mejores amigos era lo que su cerebro mandaba, pero es Sirius Black el más valiente y osado león de su generación.

—Pues si no les parece pueden irse muy a la mierda...Verus llegó primero aunque aún me cueste trabajo recordarlo...si ellos me quieren me deben querer con todo el paquete.

—¿Desde cuando te has hecho tan cursi, Pads? — lo miró con una sonrisa mientras agarraba su libro

—...desde que me enamoré

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Caminaban por las calles de Hogsmeade...no, caminaban entre los callejones de Hogsmeade pues no debían ser vistos, notaba a Severus nervioso y tensó, no lo culpaba, probablemente creía que todo era una broma y ahora mismo lo estaba llevando a una trampa.

—Te juro que todo esto es real— no recibió respuesta por parte del pelinegro y eso le dio a entender que acertó con sus palabras —¿A donde quieres ir?

—No sé, sólo acepte a venir contigo

Le encantaba cuando hablaba aunque la mayoría de las veces era para insultarlo o decirle menos de diez palabras. Ganarse su perdón sería difícil.

Pasó una hora donde entraron a Honeydukes a comprar algunas cosas, bueno al menos Sirius, luego estuvieron paseando por las calles y campos, tenían suerte pues este fin de semana no habían salido muchos alumnos de Hogwarts con la excusa de que hacía demasiado calor de primavera y tenían razón pero Sirius por la emoción de estar junto a Severus ni cuenta se daba de que estaba sudando.

Llegaron a un campo de pura hierba atrás del pueblo donde se sentaron, Severus trato de guardar distancia para ser prudente, en cambio Sirius se acercó sin pudor comenzado a hablar de temas triviales. Le hizo sentir tan bien que Verus lo estuviera escuchando sino lo veía si sabía que le estaba prestando atención pues fruncía el ceño al escuchar una tontería, se sonrojaba de la vergüenza con sus comentarios de doble sentido y simplemente coqueteos.

Todo se volvió más pesado cuando Sirius saco el tema de su familia.

—¿Por qué? — preguntó Severus

—¿Por qué, qué, Verus?

—¿Por qué me cuentas algo tan intimo como eso?

—Porque sé que me estás escuchando y no lo dirías porqué yo te lo confié

—¿Cómo lo sabes?

—Sólo lo sé...recuerda, eres mi Serendipia y desde pequeño confié en ti, ¿no? Sé que no lo dirás,

<<El final siempre sorprende, aunque esté escrito desde el principio>>