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—Logre que se marchara, no se bien a donde pero regresará pronto— el joven mago pálido hablo con un poco de desanimo

Sirius lo escuchaba pero no atentamente, estaba sumergido en sus pensamientos, ¿como le diría que su madre había muerto? No podía hacerlo, no se creía capaz de hacerlo.

Él y Severus estaban sentados en la un parque abandonado que estaba alejado de la Hilandera y los posibles lugares donde podría estar Tobías.
Desvío un poco su mirada viendo como Severus se retorcía las manos y movía de arriba abajo su pierna rápidamente, con cuidado y delicadeza puso su propia mano encima de las del Slytherin.

—Hey...tranquilo, ya paso— le habló en un tono de voz suave para tratar de trasmitirle la tranquilidad que ni él mismo tenía

—¿Ella logró escapar?— y la pregunta que más temía salió de los labios de su pelinegro. Trago saliva sintiendo como ese fluido raspaba y quemaba su garganta

—Verus...— lo miró a los ojos y un sentimiento de culpa atravesó su cuerpo— ella, ella si escapó

Severus se alivió al escuchar esas palabras pero ese alivio y esperanza fueron remplazados por las siguientes palabras que pronunció Sirius.

—Perno no como debía. Ella escapo de todo...Verus ella —sus propios ojos se humedecieron al ver los de severus hacer lo mismo— escucha, ella me pidió que te dijera que te ama, que esta y ha estado orgullosa de ti toda la vida...también me dijo que eres lo mas importante y lo mejor que le pudo haber pasado y por eso va a estar a tu lado a donde fuera que vayas y a donde quiera que ella se haya ido. Te ama...

Severus sintió por un breve momento que su corazón se detuvo a la par que su respiración, su temblor en las piernas y manos se detuvo y por un momento no sintió nada mas ni escuchó nada mas que no fueran las palabras de Sirius hacer eco en su cabeza.
Su madre, su todo, lo único que le quedaba en le mundo, su esperanza se había ido. Ella estaba muerta por su culpa, si no hubiera nacido ella no hubiera sido infeliz, ella no estaría sin vida ahora mismo.

Sin poder evitarlo lagrimas salieron de sus ojos y sollozos de sus labios, el temblor en todo su cuerpo regreso y la desesperación cubrió todo su ser al sentir que el aire no pasaba debidamente a sus pulmones.

Sirius rápidamente del ataque que estaba teniendo Severus después del shock lo abrazo con fuerza entre su brazos y le susurraba lo mucho que lo quería y que estaría con él, que jamás se iría.

—Sev, corazón, estoy aquí. Escúchame, estoy aquí...— seguía estrechando el delgado cuerpo del Slytherin en sus brazos mientras temblaba y sollozaba descontroladamente

—tú...tú...tam-también te iras— logró formular una cuántas palabras entre los incesantes sollozos

Sirius negó y lo apretó un poco mas contra su pecho—No, corazón, yo jamás me ire, jamás, ¿de acuerdo? Estaré aquí siempre, estaré a tu lado y te protegeré— al ver que Severus no se calmaba son sus palabras recordaba algo que Remus le había contado.

Cuando su amigo era mas joven y aun no entraba a Hogwarts, antes de sus transformaciones tenia ataques de ansiedad así que su madre lo abrazaba colocando su cabeza en su pecho y le pedía que fuera contando los latidos de su corazón. Remus decía que eso le servia bastante pues  se concentraba en los sonidos que emitía el corazón de su madre.

Sirius con suavidad y estrategia —Verus, ¿puedes contar los latidos de mi corazón?— pidió mientras besaba la nuca del chico

Severus al oír la petición, consiente o inconscientemente comenzó a prestarle atención al sonido de los latidos del corazón del Gryffindor, comenzó su cuenta 1,2,6,10,17...iba contando cada que oía un "bam".

—Eso es, amor, tranquilo— acarició el brazo frío de Severus mientras lo oída contar en susurros hasta que sus sollozos secaron y el temblor desapareció

—Gracias

—No tines porque agradecer, Verus— con sus pulgares limpio las lagrimas que aun corrían por las pálidas mejillas—no te puedo decir que todo estará bien porque no leo el futuro pero trataremos de que todo pase rápido y este bien lo mas pronto posible, juntos.

Severus le sonrió muy levemente y Sirius se sintió afortunado, si sus cuentas no eran erróneas era la tercera bes que le sonreía directamente.

—¿Cuántos latidos contaste?— le preguntó viéndolo a los ojos

—Perdí la cuenta, pero eran bastantes— bajo la mirada la suelo

—Todos esos latidos y mas son gracias a ti, mi corazón late por ti— le regaló una o risa llena de dulzura

—Eres un tonto Black

Ambos se quedaron ahí, sin decir nada pero sabiéndolo todo, con el silencio bastaba para saber cuanto se querían, la fuerza con la que sus lamas se abrazaban, la delicadeza con la sus pieles rozaban y la fuerza con las que sus corazones latían uno por el otro.

Ambos se necesitaban y se complementaban tanto.

Hay partes en ellos que sólo existen cuando están juntos.

El amor es sufrido y considerado pero nunca es dejado.
El amor nunca es presumido o engreído, nunca es grosero o egoísta, nunca se ofende o es resentido
El amor no haya placer en los pecados se los demás y se deleita en la verdad. Siempre está dispuesto a excusar, confiar y soportar todo lo que venga.

—Toda una vida me estaría contigo, no me importa de que forma, ni donde, ni cómo, pero junto a ti. Toda una vida estaría mimándote, te estaría cuidando como cuidado de mi vida que la vivo por ti—recitó Sirius en susurros para no alterar a Severus con sonidos fuertes

Una de las cosas más hermosas del mundo es encontrar a alguien que con sólo un ratito de su tiempo, nos mejore todo nuestro día.

<<El final siempre sorprende aunque esté escrito desde el principio>>











Créditos:

Toda una vida me estaría contigo, no me importa de que forma, ni donde, ni cómo, pero junto a ti. Toda una vida estaría mimándote, te estaría cuidando como cuidado de mi vida que la vivo por ti

—Osbaldo Farrés

El amor es sufrido y considerado pero nunca es dejado.
El amor nunca es presumido o engreído, nunca es grosero o egoísta, nunca se ofende o es resentido
El amor no haya placer en los pecados se los demás y se deleita en la verdad. Siempre está dispuesto a excusar, confiar y soportar todo lo que venga.

—Nicholas Sparks / un paseo para recordar

 𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 (𝖲𝖾𝗏𝖾𝗋𝗂𝗎𝗌) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora