Capítulo 16: Perdido sin ti

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Las palabras de Alice resonaron como un disparo que le hicieron encogerse donde estaba. Comenzó a negar con la cabeza, su padre no podía haberse ido para siempre sin despedirse, dejándole solo de nuevo.

—No me lo creo—escuchó decir a Bill de repente.

Le miró con firmeza, en su cara volvía a lucir un gesto de indiferencia, como si pensara que era una broma cruel de Alice.

—Ahora no tengo tiempo de discutir contigo, ni ganas—logró decir Alice entre jadeos—Tom, hazte cargo de tu hermano pequeño mientras Gordon y yo hacemos unas llamadas. Hazle entrar en razón.

Sin esperar su respuesta, entró en el comedor seguido de Gordon, que llamó a su vez a Edgar.

—Edgar, páseme la agenda del señor, tengo que hacer ciertas llamadas—ordenó Gordon con voz firme.

Edgar le obedeció al momento y a los pocos minutos regresó con la agenda que le entregó sin hacer pregunta alguna. Gordon al cogió y siguió a Alice hasta el comedor, donde se encerró sin hacer caso a los hijos de su difunto amigo.

Pero Tom no pensaba quedarse de brazos cruzados, tenía que saber que le había pasado a su padre, como había ocurrido ese accidente de coche. Pasó por delante de Bill, que seguía en la puerta del salón con los brazos cruzados y entró sin llamar en el comedor.

— Tom, ¿querías algo?—preguntó Alice molesta.

—Saber cómo ha muerto mi padre—contestó Tom con voz temblorosa.

Vio como su madrastra resoplaba y miraba a Gordon, interrogándole con la mirada.

—Tienen derecho a saberlo—escuchó decirle a Alice.

—Le fallaron los frenos—dijo Alice sin aliento—Volvía de una reunión y se salió de la carretera, dejándome sola con vosotros dos.

No pudo pasar por alto el tono empleado al nombrarle a él y a Bill. Estaba claro que sin su padre, los dos estorbaban en la casa. Que lo pensará de él se lo esperaba, pero de Bill....le había criado como si de su propio hijo se tratara, puede que con el tiempo se hubieran distanciado, pero seguro que habían estado muy unidos en el pasado, que hubiera algún momento en que hubieran sido una familia unida.

— ¿Dónde está ahora? —siguió Tom con sus preguntas.

Vio que Alice estaba a punto de gritarle que se largara, pero Gordon se la adelantó y poniéndole una mano encima de la suya se la apretó con suavidad y negó con la cabeza, pidiéndole en silencio que le dejara a él ocuparse del tema.

—Tom, el cuerpo de tu padre está en el hospital, pronto le trasladarán a casa y le enterraremos en el panteón familiar, como era su deseo—explicó usando un tono más suave.

— ¿Y qué pasará con nosotros? —se le escapó a Tom en un susurro.

— ¿Vosotros? —repitió Gordon sin entender.

—Tom, ocúpate de tu hermano—volvió a ordenar Alice.

Le fulminó con la mirada y Tom la obedeció de inmediato. No se dio cuenta de que Gordon no sabía nada de su pasado, del lugar del que procedían él y Bill. Solo lo sabía Alice, y le daba mucho miedo lo que pudiera hacerles ahora que no estaba su padre para defenderles.




Regresó al salón en donde dejó a Bill, pero ya no se encontraba en el. Arrugó la frente extrañado y subió a su habitación a buscarlo, encontrándoselo delante del espejo mientras se acicalaba el pelo.

Hermano hielo, hermano fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora