9. Mordida

39 5 0
                                    

No está convencido de que su lugar está al lado de Steven, el Alfa es tan misterioso y él es aún demasiado joven como para darse cuenta de la magnitud de algunas cosas, mantiene el pensamiento infantil de que puede seguir llevando su vida como siempre, a pesar de la insistente dominancia del otro en estar por encima de aquellos que lo rodean, esos que, sin darse cuenta, alguno cruzo la línea que Steven se había esforzado por intentar dejar marcada para cualquier otro que intentara cortejarlo. Hay un nuevo collar sobre sus hombros, que reemplaza un regalo que no recuerda cuando perdió, en la solapa de su chaqueta en ocasiones tiene un broche, solo no tiene ningún anillo porque aún no ve la necesidad de aceptar uno, por más ofrendas que le lleguen, es lo único que no acepta poner en su mano.

Mano...

Intenta mantener su vista pegada a los ojos del Alfa, pero lentamente su mirada se desvía hacia los colmillos visibles de Steven, su gruñido es casi silencioso, pero puede incluso escuchar como su pecho vibra mientras muestra abiertamente su desagrado hacia algo que él no alcanza a comprender, la supremacía del aroma de uno sobre otro aun es algo que escapa de su entendimiento total, las ofrendas también son algo que no comprende por completo, no reconoce ni sabe cómo darle la importancia a unas sobre otras, para él, aun todo es lo mismo.

Pero para el Alfa que esta encima, no lo es.

Así que, tras pensarlo un momento y recordando las sabias palabras de su familia, levanta lentamente una de sus manos, cede sumisamente a que los colmillos se claven en aquella parte de su cuerpo, que marquen y establezcan un lazo más profundo entre ellos dos. Hay un límite sobre donde un Alfa debería de morder, es verdad que la marca al final sigue estableciendo un contrato entre los dos, pero con el tiempo, se le podría dar menos importancia a una mordida en la mano que aquella realizada en el cuello, la que normalmente marca algo mucho más profundo, una relación más madura y llena de responsabilidades que aún no puede tomar.

Se esfuerza porque su respiración se mantenga normal, a estas alturas es imposible esconder su miedo, mientras la ira de Steven crece exponencialmente conforme ambas emociones chocan en un ambiente tan cerrado. Lo ve dudar por varios minutos, su mirada se intercala constantemente entre la mano ofrecida y su rostro, pero solo es cuando usa su mano libre para esconder aún más su cuello con su ropa e insiste en empujar su mano contra el mayor, que finalmente acepta la proposición.

Instintivamente cierra los ojos cuando ve como la boca del Alfa se abre y se prepara para cerrarse sobre la parte más blanda de su mano, su inmadurez junto al miedo lo hacen asustarse ante el insoportable dolor, el grito que deja salir cae en oídos sordos mientras la sangre se desliza lentamente.

Tal vez debió pensarlo más, cuando decidió acercarse más a un Alfa que a otro antes de tiempo...

Rosa sin espinas. [Omegacember  2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora