21. Celo omega.

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La discusión sobre tener hijos les ha tomado tiempo, tomando en cuenta todo lo que tenían que arreglar antes de siquiera pensar en planear el primero, termino cerca de los 20 años cuando finalmente hablaron con un doctor para retirar los supresores, claramente fue una situación algo incómoda para su lado dela familia, Joseph Stone estuvo mucho más que feliz cuando finalmente anunciaron la boda, la manera en que ya habían comenzado a vivir después del "accidente" con el celo alfa, era una pancarta gigante con luces brillantes que anunciaban ese futuro, pero ni siquiera de esa forma había sido sencillo convencer a sus primos sobre que estaba totalmente seguro de las decisiones que estaba tomando.

Aunque sus padres lo soltaron sin ningún problema.

Quiso seguir pensando en cualquier cosa con tal de ignorar la persistente molestia que llegaba junto al celo por el cual no había pasado más allá de unas cuantas veces cuando recién los comenzó a vivir, nunca había sido su idea el vivir atado a los supresores, pero ahora que vivía en carne propia el dolor de estar libre de ellos, quiso volver a tomarlos, aunque eso significara no tener ninguno de los cachorros que habían planeado desde antes como después de la boda.

—Auch... —gruño molesto por el codazo en sus costillas, finalmente despertando del apacible sueño para encontrarse con los furiosos ojos de un adolorido Omega—. ¿Ahora? —tarda uno segundos en responder mientras su cerebro despierta, aunque a diferencia de él, su propio cuerpo ya estaba comenzando a presentar los síntomas de una rutina.

—Si Steven, ahora.... —se esfuerzo por no volver a golpear al Alfa, ciertamente se había molestado por verlo dormir cómodamente a su lado, pero su idea era esperar y descubrir cuanto tiempo tardaría en despertar tras ser expuesto a su aroma en celo.

—Podrías haberme despertado antes. —le toma menos de un segundo moverse en la cama y comenzar con los preparativos más obvios como deshacerse de las pijamas o mentalizarse de los problemáticos días a venir, sobre todo al tomar en cuenta que este era el primer celo de Drew desde los 16, si es que lo que le había contado no era una mentira.

—Duele. —acomodar su rostro contra el cuello de Steven es la mejor idea que tiene al momento, estar tan cerca de su glándula de olor calma momentáneamente sus desesperados instintos, el aroma de un alfa dispuesto a satisfacerlo le da cierta comodidad de la que disfruta mientras su compañero termina de desvestirlos.

—Dejara de doler pronto, solo tienes que calmarte. —no sabe cómo logra evitar volverse loco ante el cuerpo que le exige ser complacido, lo único que sabe es que tiene la suficiente fuerza de voluntad como para conversar con él un poco más.

—¿Emocionado? —su molestia desaparece lentamente conforme se abraza a la espalda de Steven, sabe que este momento de consciencia no durara por mucho tiempo, en parte tiene miedo, aunque no tiene nada que temer, este Alfa no lo abandono hace 3 años, menos razón tendría para hacerlo ahora que ya están casados y más de una persona estaría dispuesta a matarlo si se le ocurría hacer tal cosa.

—Un poco, por no decir mucho, ¿tal vez demasiado? —lanza la última prenda de ropa hacia cualquier lugar para poder abrazar correctamente a Drew, su rostro se frota continuamente contra el cuello del menor con tal de forzar a su propio cuerpo a despertar, si todo va según lo planeado, después de esta rutina debería de entrar a su propio celo, de otra manera seria muy complicado sobrevivir a esta semana con Drew.

No hablan mucho mientras esperan a que el celo omega se manifieste por completo, hay caricias de ambos lados para entrar en un punto agradable y no depender únicamente de los instintos, es agradable poder hacer esto antes de perderse en el calor del momento.

El cual llega de todas formas, no mucho después, pero para ese momento ya no hay ningún miedo de por medio.

Rosa sin espinas. [Omegacember  2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora