1. Voz.

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Tiene cuidado con su tono de voz cuando hablan por primera vez, es verdad que siempre deja una impresión muy marcada en toda la clase de personas que conoce, pero este omega en específico, tan pequeño y con una apariencia agradable a su vista, hace que sus instintos automáticamente hagan lo posible para no hacerlo retroceder, es verdad que muchas veces suele utilizar su bendición que ser un alfa le otorga, exigir obediencia forzando solo un poco su tono de voz, ayuda más veces de lo que uno podría esperar. En estos momentos, sin embargo, hacer uso de tal tono de voz en un omega que recién acaba de conocer y, al fin, le gusta, lo pone tan nervioso que casi puede sentirse estúpido.

—Entonces ¿Necesita decirme algo? —intenta ser lo más cordial posible con la persona que reconoce como el campeón de la región, su forma figura le intimida un poco o ¿tal vez son las hormonas entre ellos lo que realmente le incita a bajar la cabeza en lugar de verlo?

—No realmente, solo necesitaba saber quién rondaba por el lugar. —se esfuerza por usar un tono de voz suave, cuidadoso, debe de tocar este asunto con pinzas si realmente espera llegar a algo.

—Me parece muy curioso que busque eso cuando estamos en un lugar público. —señala a su alrededor con curiosidad, es verdad que el Museo Oceánico no está lleno, pero no sabía desde cuando este lugar le pertenecía al campeón como para que le importe quien entra al lugar. Pero no dice nada de lo que piensa, no tiene deseos de ser descortés o molestar al obvio alfa frente a sus ojos.

—Después de lo ocurrido con unas cuantas personas, hemos aumentado nuestra seguridad y vigilancia con las personas que se ven en el museo. —su excusa es simplemente eso, una mentira pensada de último minuto para ver si alcanzaba a seguir conversando con él.

—Mm, creo que escuche sobre eso —no estuvo muy presente cuando todo ocurrió, aunque si se mantuvo informado hasta cierto punto—, bueno, creo que es mi momento para irme... —cambia la dirección de sus manos para señalar a la salida, no conoce a esta persona y no cree que sea buena idea hacerlo, cuando sus caminos son tan diferentes al igual que, probablemente, sus vidas.

Espera... —suelta la orden inconscientemente, más fuerte de lo que espera, no llama la atención de nadie a su alrededor, pero si paraliza al de cabello verde frente a sus ojos. Hay un sentimiento positivo en su pecho ante la obediencia mostrada, pero no es algo que debería de alegrarlo realmente—. ¡Lo siento! Tienes razón, te estoy quitando mucho de tu tiempo, con permiso.

Esta muy consciente de su error, así que simplemente pone una de sus manos encima de su pecho antes de inclinarse a modo de disculpa para poder retirarse sin demasiada culpa. Tiene la esperanza de que esto no le deje una mala impresión al menor de su persona, solo para darse cuenta, varios pasos después, que, aunque tiene grabada la apariencia del otro no le pregunto su nombre en ningún momento. Volver a preguntarle no es ninguna opción, ni siquiera necesita dar un vistazo sobre su hombro para saber que ya no está en el lugar.

Perfecto, haciendo justo lo que no quería.

Rosa sin espinas. [Omegacember  2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora