26.2- Jacob Black x Rosalie Hale

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Más tarde esa noche Emmett regresó a su casa y se dirigió a la habitación que ocupaban él y la rubia desde siempre, pero cuando intentó abrir la puerta no pudo, tenía el seguro y a pesar de poder abrirla usando su fuerza no quería tener que enfrentarse a la furia de Esme por romper la cerradura.

Soltando un innecesario suspiro se apoyó en la puerta-. Rose-. Llamó suavemente-, ábreme, preciosa-. Imploró-. Por favor, hablemos-. Fue con esa última palabra que la furia de Rosalie que oía todo aumentó aún más, más que furiosa abrió de golpe, rompiendo la cerradura en el proceso pues había olvidado que tenía el seguro puesto.

- ¿Hablar?-. Cuestionó incrédula-. ¿De qué quieres hablar Emmett?-. Frunció el ceño curiosa-. De cómo me fuiste infiel, de que en lugar de hablarme de frente desde el inicio creíste mejor traicionarme, de que no me amas más, de que no confías en que te amo lo suficiente como para dejarte ser feliz junto a otra persona o de que hiciste todo eso ¿¡DESPUÉS DE CASARNOS DE NUEVO!?-. Gritó furiosa-. Entonces dime ¿de qué quieres hablar?-. Cuestionó finalmente con tono dulce.

- Yo... ¿de todo?-. Cuestionó confundido, la chica gruñó molesta-. Lo siento, enserio, sé que no actué de la mejor manera pero...

- Pero nada, me traicionaste y eso no te lo perdonaré jamás-. Sentenció con un tono de voz carente de emociones para luego regresar al cuarto y coger sus maletas.

- ¿Dónde vas?-. Cuestionó el vampiro con temor.

- Lo más lejos de tí que pueda-. Ante la respuesta de la rubia el grandote se reservó cualquier comentario que tuviera-. Esta semana te haré llegar los papeles del divorcio, en cuanto los firmes mándaselo al abogado.

Al bajar las escaleras se encontró con el resto de la familia que evitaban su mirada.

Lo sabían-, pensó-, lo sabían y no tuvieron la decencia de decírmelo.

Les dedicó una mirada herida a todos y se alejó en dirección a la salida.

- Rosalie-, la llamó Edward-, no te vayas-, esas palabras encendieron una chispa de esperanza en su interior, al menos a uno de sus hermanos le importaba-. Te necesitamos para proteger a Bella y Amara-. Gruñó al oír los nombres de ambas humanas que habían destrozado su perfecta vida inmortal.

Ojalá las maten a ambas-. Pensó con odio dirigiéndose nuevamente hacia la puerta, el gruñido molesto de Edward le indicó que había leído su mente.

- Aguarda Rosalie, no te vayas, sé que lo que hizo Emmett-, comenzó Carlisle con tono tranquilo, pero la rubia lo interrumpió.

- ¿Lo que hizo Emmett?-, rio irónica-, me dolió, si, pero lo que hicisteis vosotros. Eso me destrozó. Se supone que son mi familia, me convertiste para tener una nueva oportunidad de ser feliz, y lo era. Hasta que llegaron, pusieron todo patas para arriba y lo único que hacéis es besar el suelo por el que caminan. No dudaron en traicionarme por proteger a esa...-. Se guardó el sobrenombre que tenía para la hermana de Isabella-. Supisteis desde el principio lo que ambos estaban haciendo y no tuvieron la decencia de avisarme, así que sí, me dolió, pero al menos ahora sé cómo son las cosas.

- ¿A qué te refieres?-. Se hizo oír Esme preocupada.

- Esta farsa que montamos durante tantos años se está desmoronando y yo no estaré involucrada en eso. Esta "familia" de la que tan orgulloso estás-, miró al patriarca-, se va a caer en pedazos de a poco y esas humanas que tanto protegen, los va a llevar a su destrucción-. Sentenció antes de marcharse de la casa, ingresó a su vehículo y tomó calle, en el camino se cruzó con un lobo de pelaje cobrizo que hizo que se detuviera en seco.

- ¿Qué demonios haces maldito chucho?-. Cuestionó furiosa.

El lobo se adentró en el bosque para luego salir Jacob Black con solo una bermuda en su escultural cuerpo.

- ¿Dónde están Bella y Amara?-. Cuestionó a la defensiva el quileute.

- ¿Cómo demonios voy a saberlo? Pregúntales a sus malditos novios-. Ordenó dirigiéndose a su vehículo nuevamente.

- Espera-, la detuvo el lobo-, ¿novios? ¿qué novios?-. Cuestionó pues solo sabía de la relación entre Edward y Bella.

- ¿Qué tus preciosas humanas no te lo dijeron?-. Cuestionó con acidez-. La pequeña perra de Amara se metió con mi marido-. Jacob que se había molestado ante la forma en que habló de su amiga se calmó al instante al oír lo último-. Sí, parece que le gustan los casados.

El quileute que había percibido el dolor en sus palabras la miró por primera vez a los ojos, entonces sucedió, aquello que tanto había anhelado que lo ayudaría a dejar atrás esa obsesión que tenía con la mayor de las Swan.

La rubia por su parte notó por primera vez el leve matiz a cuero que se ocultaba bajo el olor a lobo que supuso provenía del resto de la manada, pues cuanto más tiempo pasaba más desaparecía dejando solo ese delicioso olor a cuero.

- Eres tú-. Jadearon al mismo tiempo, incrédulos-. Yo... tengo que irme-, habló la rubia, siendo la primera en reaccionar, dirigiéndose a su coche.

- Espera, ¿puedo ir a verte mañana?-. Cuestionó con esperanza.

- Me gustaría, pero ya no tengo un hogar aquí-. Confesó con tristeza-. Además me iré a Alaska-, el rostro del chico decayó-, pero volveré-, la esperanza igual regresó a él-, solo debo solucionar algunas cosas.

- De acuerdo-, accedió-, te esperaré-. Prometió, entonces se armó de valor y se acercó a la rubia, depositando un casto beso en su mejilla, de haber podido Rosalie está segura que se hubiera sonrojado.

- Nos vemos-. Se despidió con una pequeña sonrisa antes de adentrarse a su coche y seguir su camino, en ningún momento el lobo salió de su mente.

Y aquí la segunda parte.

One Shots (o algo así) de CrepúsculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora