Sam estaba nervioso, y no era para menos, su impronta, su mujer, su vida, se encontraba postrada en una mesa de metal en la casa de los Cullen. Su preciosa Atenea había sido atacada por un neófito que se había separado del resto del grupo con la única misión de acabar con la vida de lo más importante en la vida del alfa, su mujer.
No fue sino hasta que la manada regresó que se dieron cuenta, cuando vieron a la chica tirada en el suelo con una mordida en el cuello, totalmente quieta. De inmediato Sam encargó a Leah, su mejor amiga y madrina de Damon que lo cuidara mientras él junto a Paul se dirigían a la casa de los Cullen.
Allí estaban ahora, casi seis horas después, todos alzaron la mirada fijándose en la puerta de la habitación donde estaba la chica, cuando su corazón dejó de latir para volver a latir minutos después levemente más acelerado que el corazón humano promedio. Todos se miraron con el ceño fruncido hasta que desviaron nuevamente la mirada a la puerta que era abierta revelando a la chica, tal cual se veía antes pero con ligeros cambios, como piel de porcelana, cabello suave y brillante, labios naturalmente rojos y su esbelta figura más pronunciada.
- ¿Qué...? Carlisle ¿esto es posible?-, cuestionó Edward sorprendido.
- Yo... no lo sé, pero parece que el veneno no funcionó del todo-, trató de encontrar una explicación, mientras todas las miradas se encontraban en la pareja que se abrazaban con anhelo.
- Puede que haya sido por el embarazo-, habló Sam, todos lo miraron-, cuando estaba embarazada de Damon, de alguna manera sus sentidos se agudizaron así como sus habilidades y apetito, si lo comparo con los chicos de mi manada estarían a la par-, explicó y Carlisle asintió.
- Tiene sentido, se le habrá transferido una mínima parte del gen lobuno durante el embarazo que la ayudó a combatir el veneno.
Tras asegurarse que no atacaría a ningún humano, regresaron a la reserva, y se amaron durante toda la noche y madrugada aprovechando que su pequeño dormiría en la casa de su madrina.
Casi dos meses después descubren que está embarazada de nuevo, muy alegre va a darle la noticia a su familia pero estos se molestan pues lo veían como un motivo más para estar en la mira de los Vulturi. Totalmente desconsolada regresa a la reserva donde se encuentra con Sam, quien se había encargado de informar a la manada, que también tenía malas noticias. Viéndose dejados de lado por sus familias decidieron marcharse, después de todo su futuro hijo corría peligro viviendo allí.
Dos semanas después la familia Uley abandonaba la reserva tras dejar a Paul a cargo de la manada. Estuvieron viajando tanto tiempo como les fue posible, pero cuando pasaban por Brasil encontraron una pequeña tribu donde había una pareja, tía y sobrino, compuesta por una vampira y un híbrido, Atenea y Sam no se lo pensaron mucho antes de instalarse allí. Pocas semanas después nació Matheo Uley que era una mezcla de ambos padres, pero como la suerte no siempre les sonríe volvió a quedar embarazada poco después, dando a luz el siguiente año a Hope quien era un calco de Atenea.
Todo fue bien el primer año tras el nacimiento de Hope, siendo la marcha de Demon lo único que había alterado la buena racha, pues el chico había decidido viajar para buscar a su pareja, asegurando que si lo necesitaban solo debían llamarlo y él iría, sus padres no pudieron negárselo pues Atenea había hecho casi lo mismo a su edad.
Una tarde, mientras Sam corría por el bosque junto a sus hijos, captó el aroma característico de los vampiros. Al instante aparecieron frente a él Alice y Jasper Cullen, que le explicaron la situación en Forks, Sam aún renuente los guió a su hogar, sorprendiendo a ambos cuando vieron el peculiar atuendo que portaban padre e hijos, pues Hope tenía un vestido y Sam y Matheo taparrabos, todo de cuero.
Tras algunos minutos caminando llegaron a una pequeña cabaña, los niños entraron corriendo antes que su padre que era seguido por ambos vampiros.
- Hola amo...-, Atenea se cortó al ver a los dos Cullen-, ¿qué hacen aquí?
- Necesitamos ayuda Nea, por favor-, pidió Alice, para luego contarle la situación-, ¿qué dices? ¿Nos ayudarás?
- Lo haré-, aceptó, Alice se acercó dispuesta a abrazarla pero Atenea se apartó-, pero no por ustedes o la niña, sino por mis hijos, para que ya no tengan que vivir ocultos.
- No importa cual sea la razón-, intervino Jasper-, con que nos ayuden es suficiente.
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One Shots (o algo así) de Crepúsculo
FanfictionPequeños relatos de Crepúsculo. Acepto peticiones (personaje y qué quieren que ocurra)